jueves, septiembre 17, 2009

El encanto de l'Ardèche (el Sur)


El encanto de l'Ardèche (el Sur)


4º día.-

Después de desayunar nos vamos a la D-120 para irnos hacia St. Clément. Aunque está algo nublado, ya sabemos que terminará haciendo sol. Primero vamos dirección Agrève. Al llegar a La Chapelle, cogemos la D-247. Estamos pasando por el interior del Parque Natural Regional de los Montes d'Ardèche. La carretera es estrecha y con muchas curvas pero el paisaje es fantástico. No tengáis prisa, merece la pena saborear cada recodo de esta bella ruta. Solo tenemos que recorrer una distancia de 10 kilómetros. 
                           (Si haceis click sobre las fotos, las podeis ver tamaño pantalla)

St. Clément.-

St. Clément es un pueblo situado a 1.200m. de altitud, al borde del Macizo Central. Tiene la característica de que, a su alrededor, soplan todos los vientos. Tiene solamente 107 habitantes. Antes era un lugar muy poblado pero los jóvenes empezaron a irse a buscar trabajo en otros lugares. Después de una consulta con sus habitantes, decidieron instalar 2 molinos eólicos y, con las ganancias que producían estos molinos, habilitaron una granja y una forja abandonada para hacer un museo diferente a los convencionales y poder atraer al turismo. Al haber más turistas, también hubo más trabajo y esto motivó a los jóvenes a quedarse en el pueblo. Este espacio tan singular fue La Escuela del Viento y se inauguró el 2007.

L'École du Vent.-
Se trata de un recorrido lúdico e interactivo a través de los vientos, su formación y la correlación existente entre viento y paisaje. Una proyección de unos cinco minutos relata los intentos del hombre, desde tiempos remotos, para llegar a volar. Desde John Childs que, en 1757 intento volar desde el campanario de una iglesia de Boston, hasta Louis Bleriot que, en 1909 hizo la primera travesía del Canal de la Mancha. Con este video te das cuenta que la imaginación del hombre por volar no tenía límites....!

Puedes sentir el vértigo de volar apoyándote horizontalmente sobre unas alas y sintiendo como el suelo se mueve a tus pies.... Con diferentes cascos puedes interpretar sonidos que te llegan a través del viento. Varios juegos interactivos te indican el lugar ideal para edificar las casas según el viento dominante en la zona. Se pueden ver y tocar las diferentes clases de piedra que se usan para construir las casas a prueba de vientos. La piedra idónea en este lugar es la "lauze". Estas lozas pueden llegar a tener 1 m. de largo y pesar entre 150 y 200 kilos.

También puedes probar a soplar con fuerza sobre las palas de un pequeño molino hasta hacerlas girar. Ellas transmiten la energía suficiente para encender un máximo de tres bombillas.
Unos paneles con fotografías te enseñan la complicada anatomía que tienen los pájaros para poder volar. La naturaleza los ha dotado de huesos huecos y sus pulmones reciben un aporte continuo de oxígeno para así favorecer el vuelo.
En fin, es un lugar que merece la pena visitar. Se aprenden muchas cosas y disfrutan tanto los pequeños como los mayores. Al salir, tomaros algo de tiempo para hacer un pequeño recorrido por el pueblo y, sobre todo, para admirar las maravillosas vistas que se contemplan desde este lugar.
Durante Julio y Agosto abren todos los días de 10 a 12.30 y de 14 a 18.30.
Una buena noticia es que, a partir de 2010, la visita podrá efectuarse en español.

Salimos de St. Clement por la D-247 hasta llegar a un indicador que señala: Mont Jerbier de Jonc D-410. Es una carretera estrecha con vistas inigualables. Hay un cruce que lleva a Mont Mezenc. Seguir hasta encontrar el desvío de Gerbier de Jonc por la D-378. Unos metros antes de llegar a destino podréis ver, a la izquierda, una tienda instalada en una gran casa de piedra, típica del Ardèche. En realidad es una tienda de mermeladas de este lugar hechas por la misma dueña.


Se llama "Les Confitures de Nicole". Hay una exposición y venta de confituras hechas artesanalmente con frutas de la región.
Según la época del año las confituras cambian. Sólo se elaboran con la fruta madurada en el árbol y con la de mayor calidad. También es un pequeño restaurante que sirven bebidas, desayunos y comidas. Está tan cerca del destino donde vamos que casi se puede ir a pie.
Estamos envueltos de una naturaleza desbordante. Respirad este aire puro. Cuando volvamos a "casa" todo será diferente.

Mont Gerbier de Jonc.-

Ya estamos en el mítico lugar del Mont Gerbier de Jonc. Culminando a 1551 m. de altitud y con una antigüedad de 7 millones de años, este volcán, es más célebre de l’Ardèche, marca la línea de separación entre las aguas del Atlántico y del Mediterráneo y a sus pies nace el río Loira. Su nombre significa "monte rocoso".

Hace 12 millones de años l'Ardèche era un lugar con muchos volcanes en erupción. El Mont Gerbier es una de las más perfectas ilustraciones de esta naturaleza salvaje. Era un volcán cuya lava se solidificó al subir a la tierra. Esta lava volcánica también fue la artífice del Mont Mézenc, con su silueta piramidal que alcanza los 1754m. de altitud y de las rocas que quedaron a su alrededor. Estas rocas, convenientemente cortadas, se convirtieron en las “louzes” que hoy día se emplean para construir los tejados de las casas.

Para subir al Gerbier de Jonc, tenéis que ir provistos de calzado adecuado y algo de abrigo porqué la temperatura cambia con la altura. Si vais con niños vereis un letrero que aconseja no los dejeis de la mano. Puede ser peligroso porqué esta clase de piedra resbala mucho. Para llegar a la cumbre, se tarda alrededor de media hora y, una vez arriba, se divisan los Alpes, el Valle del Rhone y las Cevennes. Es una vista inolvidable.

Y ahora nos vamos dirección Pont del Diable. Tomaros este camino con calma, es un lugar precioso con una naturaleza desbordante. Aúnque no hay demasiados lugares habilitados para parar el coche y poder contemplar el paisaje, siempre vais a encontrar un lugar para disfrutar unos segundos de lo que vuestros ojos están viendo. Continuaís un poquito por la D-378 hasta llegar a la D-122. Al llegar a Sta. Eulalie, tomar la D-116. En Le Roux, la D-536 hasta llegar a Mayras. Allí encontrareia un desvío para ir a la carretera general N-102. Enseguida encontrareis Thueyts. Allí está el Pont del Diable.

El Pont del Diable.-

El Pont del Diable es un arco de piedra, hecho por el hombre que, saltándose las leyes de la gravedad, atraviesa l'Ardèche a la altura de Thueyts. Tiene 10 metros de altura y está jalonado de leyendas. Es espectácular y parada obligatoria para toda persona que visita esta región.

Si se dispone de tiempo y hace calor, un baño en el río bajo este puente, es como un sueño.
Nos vamos a Vals-les-Bains. El tiempo continua siendo estupendo: sol y calor durante el día y refrescando por las noches.

Salimos de Thueyts por la N-102 hasta llegar a Meyras. Allí cogemos la d-253 hasta llegar a:


Vals-les-Bains.-

Vals-les-Bains es una ciudad termal con 150 manantiales, rodeada de montañas, situada en un verde y frondoso valle, cuyas aguas se utilizan, en las termas, para baño, ducha, masajes. Son buenísimas para beber evitando, posiblemente, algunas enfermedades y mejorando la salud ya que poseen múltiples cualidades curativas. Hay personas que hace más de 40 años que van cada año a esta ciudad para "tomar las aguas".

Esta ciudad está repleta de hoteles, termas, parques y jardines. En un hermoso parque hay una fuente con un "geisser" llamado "Marie" que, cada 6 horas, proyecta sus aguas a más de 30 m. de altura. Pasear por el paseo siguiendo el curso del río Volane es muy relajante, sobre todo cerca de la puesta de sol.
Salimos de Vals-les-Bains por la D-578, dirección Aubenas, a sólo 5 km.

Aubenas .-Esta ciudad medieval situada en el centro de las principales atracciones turísticas, disfruta de un clima de influencia mediterránea. Es la capital del sur de l'Ardèche. Está situada en el corazón de l'Ardèche, en lo alto de una acantilado, con un castillo del siglo XVI dominando el río Ardèche y la vecina ciudad de Val-les-Bains.
La riqueza de su patrimonio y la elegancia de sus mansiones del siglo XVI hace que, pasear por sus calles y plazas sea una verdadera maravilla para la vista y los sentidos.


Hoy es sábado, día de mercado. Todo el centro está lleno de puestos de verduras y frutas de los agricultores de la comarca. Esta fruta, madurada en el árbol, tiene un sabor tan exquisito que no tiene nada que ver con la que compramos en nuestros super-mercados. También los artesanos de los productos del cerdo tienen sus "paraditas". Se puede encontrar toda clase de ropa, zapatos, bolsos, utensilios de cocina, etc. Es un mercado lleno de colorido y al que asiste toda la comarca: unos para vender, otros para comprar.
Al salir de Aubenas, iremos a visitar 4 pueblos "de carácter", algunos de ellos también catalogados como “los más bonitos de Francia
Salimos por la D-104, dirección Vogüe. En St. Etienne, cambiar de carretera y coger la D-579. Sólo tenemos que conducir 10 km.

Vogüe.-

Ya hemos llegado a este bellísimo pueblo que parece estar incrustado en la misma montaña, justo encima del río Ardèche. El castillo, con cuatro torres imponentes, pertenece a la familia Vogüe desde su construcción en el siglo XV. Está clasificado como monumento histórico privado. En el siglo XVII se reconstruyó y se añadieron ventanas en forma de "ojo de buey", balcones y jardines colgantes. La puerta grande de la fachada norte se abre sobre un parque. En 1629 este castillo tuvo como inquilino a Luís XIII.
Pasear por sus calles estrechas y admirar sus casas y sus arcos de piedra, es una experiencia única. El puente sobre el río merece una buena foto de recuerdo.
Tomamos la D-579 de nuevo y nos dirigimos a Balazuc. Menos de 10 km.

Balazuc.-

Balazuc es otro pueblo "de carácter" clasificado, también, como uno de los "pueblos más bonitos de Francia". Encaramado sobre l'Ardèche, sólo puede visitarse a pié. No obstante, esto no es un problema: todos los pueblos de l'Ardèche disponen de parking gratuito para poder dejar el coche.
Sus calles empinadísimas y sus arcadas sombreadas parecen suspenderse sobre el precipicio.
Los primeros personajes que vivieron en este hermoso pueblo fueron Gerad y Pons de Balazuc (este último participó en la primera cruzada de 1906 en calidad de cronista).
Su rico patrimonio, cuidadosamente conservado, permite hoy en día admirar la antigua iglesia romana, con arcos de piedra en el campanario y con unos muros de 1.35 m. de grosor. Las antiguas murallas que rodean el castillo, con una torre del siglo XII y muchas edificaciones antiguas y casas señoriales están muy bien conservadas. El castillo data del siglo X. En él hay una torre llamada de los prisioneros, que también es del siglo X.


Para subir al castillo hay una pequeña escalera de piedra que lleva hasta la torre desde donde puede verse la inmensa playa del río con el hermoso puente y el río salpicado de canoas. Esta hermosa vista quedará grabada durante mucho tiempo en vuestra memoria.

Para los aficionados al deporte, el club náutico de Balazuc propone la visita a los pueblos medievales con canoe-kayak, a lo largo del río.
Salimos de Balazuc dirección Labeaume. Coger la D-579 hasta Ruoms. Si disponéis de tiempo, quedaros unos minutos para admirar este bonito pueblo.

Ruoms.-

En el alba de la prehistoria ya se había formado una comunidad en este lugar. Cerca del año 1.000 un rico propietario hizo donación del lugar llamado "Ruoms" a la Abadía de Cluny como ofrenda para expiación de sus culpas. Esta pequeña capilla aún se puede ver (Notre -Dame des Pommiers). A finales del siglo XII fue construida la Iglesia de St. Pierre. Todo el pueblo, delimitado por las murallas con casas construidas en sus mismos muros, respira un aire medieval fascinante.
Ahora, con sólo cruzar el río, os encontrareis con Labeaume.

Labeaume.-
Este pueblo, también catalogado "de carácter", es diferente de los otros. Se encuentra en la ribera del río Beaume y rodeado de acantilados que en la antigüedad fueron cuevas trogloditas. Sus calles estrechas, todas con arco de piedra, son un verdadero laberinto y sus ruinas antiquísimas se desploman sobre la vertiente del río. Su castillo, edificado sobre la roca, parece ser el vigía que lo protege de cualquier invasión. Y, si os fijáis, aún pueden verse ruinas de otros dos castillos más antiguos. El pueblo, con su paisaje árido, casi lunar, está sumergido en un oasis de paz y tranquilidad. Más abajo, la playa que da al río al abrigo de los acantilados, sirve de marco para los festivales de música que se celebran cada verano.

Y ahora nos vamos a Joyeuse para ver el Musée de la Chataignerai.

Musée de la Châtaignerai.-

Este museo no tiene pérdida. Está instalado al lado mismo de la Iglesia de Joyeuse, en un hermoso edificio que fue el antiguo colegio de los oradores y data del siglo XVII. Este museo rinde homenaje al árbol que ha sido la base de la economía familiar de los agricultores de l'Ardèche: El Castaño.

A través de una importante colección de utensilios antiguos se puede seguir la evolución de los procedimientos utilizados para el cultivo y la recogida de la castaña, desde las técnicas tradicionales hasta llegar a nuestros días. Antes las castañas se recogían con las manos y del suelo donde se encontraban al caer del árbol. Hoy en día se extiende una red, se hacen caer sobre la red y luego se recoge. Es mucho más rápido y cómodo. La cosecha de castañas se recolecta desde finales de Septiembre hasta mediados de Diciembre. El castaño se desarrolla en tierras con una altitud de entre 350 y 750 m. sobre el nivel del mar.

También te explica como es la vida de un castaño. Florece en Junio-Julio. El castaño es estéril: el polen de un árbol sólo puede fecundar las flores de otro árbol. La polinización se lleva a cabo a través de las abejas y del viento. En otro tiempo las colmenas se instalaban en el mismo tronco del castaño.

Aparte de mucha más información explicada con gráficos, se puede ver una exposición hecha toda con madera de castaño. Aparte, se pueden contemplar la cantidad de objetos que se pueden llegar a elaborar a partir de la madera de este árbol. Podemos ver muebles, zuecos, toneles, figuras, esculturas, apliques, etc.

Este museo es un lugar entrañable. Se aprende mucho y todo es muy interesante.

Al salir continuamos por la D-104 hasta Le Vans. Aquí cerca se encuentra el Bosque de Paîolive. Sólo tenéis que ir por la D-90 unos poquísimos kilómetros

Le Bois de Pâiolive.-

El Bosque de Pâiolive es una de las más raras curiosidades naturales del Sur de l’Ardèche. En una extensión de 16 km. podrás ver un verdadero laberinto de encinas blancas y verdes, matorrales y, sobre todo, rocas petrificadas cortadas y erosionadas por el viento, el sol y la lluvia como si fueran esculturas encantadas. Tu imaginación llegará a ver un pájaro en su nido, un oso o, tal vez, un león. Quizá podrás ver una gran tortuga.
Hay tres senderos diferentes para poder visitar el parque. El de la “Corniche” que está señalizado en color naranja y es de aproximadamente una hora. El de la “Vierge”, señalizado en verde, que también es de una hora y, el último, para los más audaces, que se tarda 2 horas y se ve mucha extensión del parque. Se llama de St. Eugène y está señalizado en azul.

Nuestro destino final de hoy es Naves y hacia allí nos vamos corriendo por la D-901. Pasamos Les Vans pero no tenemos tiempo de contemplar este hermoso pueblo medieval… ¡Otra vez será!

Naves.- 

Este pueblo está construido en un cuadro excepcional: En medio de olivos y sobre un contrafuerte rocoso de las montañas de las Cévennes. En la Edad Media Naves fue una circunscripción señorial donde había una Corte de Justicia. Su castillo personificaba su poder real.

Naves conoció sus momentos de gloria en el siglo XIV, con el desarrollo de la cría de gusanos de seda. La transformación del gusano en capullo de seda, elevó el árbol de la morera al rango de indispensable. El cultivo de la morera para engordar los gusanos de seda fue tan importante que llegó a dejar a un lado el árbol de la castaña durante muchos años. El hilo de seda se vendía caro y permitía comprar cereales de buena calidad para la alimentación cotidiana. La seda daba beneficios netos. Los grandes criadores de gusanos de seda llegaron a amasar grandes fortunas.


En Naves, muchas de las casas que se construyeron en aquel tiempo, eran de comerciantes que se dedicaban a la producción del hilo de seda. Ambas culturas, la del castaño y la de la seda caminaron siempre juntas. En 1720 l’Ardèche era el centro principal de la producción de seda del Midi de Francia. En 1850, l’Ardèche produjo 3.500 toneladas de capullos. Esta producción se vio interrumpida de repente con la llegada de una enfermedad que atacó los capullos de seda.

Unos años antes de la 2ª Guerra Mundial, este pueblo quedó prácticamente abandonado. Los “hippies” que vivían en l’Ardèche alrededor de 1960 fueron los que han ido reconstruyendo esta joya de la Edad Media.

Naves ha sabido conservar una belleza austera, con sus calles estrechas con pórticos de piedra y sus pequeños pasajes particulares elevados que permite a las casas feudales, a la altura del primer piso, pasar de una calle a otra sin tener que salir fuera. Las ruinas del su castillo del siglo XII aún se pueden visitar. La iglesia romana, erigida en el siglo XII y restaurada en el siglo XVII es una verdadera joya. Su campanario es muy hermoso, sobre todo a primera hora de la mañana cuando el sol se levanta detrás de sus muros de grés .


Naves es un pueblo muy pequeño y la gente que lo habita hoy en día es de lo más variada. Hay alemanes, americanos, algunos han llegado de la Europa del Este pero, todos viven unidos, felices, con ganas de dar a este bello rincón una vida nueva surgida de su juventud y de sus ganas de vivir.

No dejéis este hermoso pueblo sin antes visitar la Galería de Arte Contemporáneo que Mme. Fanou Montel tiene en La Seigneurie de Naves.

Podréis admirar una obra importante con un estilo muy propio y en un marco inigualable. Estoy segura que os va a gustar. La Galería está casi a la entrada del pueblo, en la calle que sube a la derecha. La entrada es libre.

6º día.- 
Salimos pronto de Naves por la carretera D-901, dirección St. Paul-le-jeune. Aquí tomar la dirección de Barjac. En Barjac empiezan las indicaciones que nos van a llevar a l’Aven d’Orgnac en 10 km.

L'aven d'Orgnac.-
 

L’Aven d’Orgnac es una de las más grandes cavernas que se pueden visitar en Europa. Posée una excepcional profusión de cristalizaciones a lo largo de 3 hectáreas. Esta clasificada como Patrimonio Mundial por la Unesco desde el año 2004.
l’Aven d’Orgnac no es una cueva, es un aven. La diferencia radica en que, una cueva la entrada es horizontal y servía para guarecerse y, prácticamente, vivir en ella.
Un aven es un lugar con una entrada vertical. O sea, que hay que descender para poder entrar en el lugar.
Al visitarla se puede observar una chimenea en el techo, única entrada natural de la cavidad, a través de la cual fue descubierta por un equipo de espeleólogos dirigidos por Robert de Joly, el 19 de Agosto de 1935. Los lugareños, que conocían el lugar desde tiempos inmemoriales pero que nunca se habían atrevido a bajar, le guiaron hasta la entrada. La entrada vertical de 50 m. dió lugar al nombre de “aven” (sima) e impidió que la cueva fuera ocupada durante la prehistoria.
El montículo esta formado por restos naturales que cayeron en otra época desde el exterior. Se encontraron abundantes osamentas de animales, arrojados hace mucho tiempo por los campesinos. Otros correspondían a animales que cayeron accidentalmente.
La visita dura una hora (nosotros estuvimos dentro una hora y veinte minutos).
Hay que llevar consigo ropa de abrigo porqué la temperatura en el interior es de 11ºC. Se baja a una profundidad de 121 m. mediante escaleras con 7 paradas en unas plataformas habilitadas para poder escuchar las explicaciones del guía. En cada parada el guía ilumina la parte a visitar y, de verdad, te quedas extasiado. Cuando llegamos a la 7ª parada, que es el punto más bajo de la parte turística, estamos al nivel de la excavación original de este aven. El guía te enfoca una ánfora dorada que está entre nuevas y extrañas formas de cristalizaciones. En esta ánfora están las cenizas de Robert de Joly. Era tan grande el amor por este lugar que su última voluntad fue que sus cenizas fueran depositadas entre sus amadas stalactitas y estalacmitas.

Acto seguido, aparte de la explicación del guía, que es una persona que lo explica con gran conocimiento y con una buena dosis de humor, se apagan las luces y comienza un espectáculo de luz y sonido que te emociona hasta dejarte sin habla. La subida a la superficie se efectúa mediante un ascensor en pocos segundos.
Con la misma entrada podéis visitar el Museo Regional de la Prehistoria, que permite continuar este viaje al corazón de la prehistoria. Este museo se encuentra delante de la salida.

Ahora nos vamos hacia las Gorges de l'Ardèche. Cogemos la D-979 para cambiar, a los pocos kilómetros a la D-579 hasta llegar a :

Vallon-Pont-d'Arc.-

La impresionante naturaleza y la impetuosidad de l'Ardèche ha forjado grandiosos paisajes en la roca calcárea. Esta fuerza culmina con este maravilloso arco natural de 36 m. de ancho y 66 . de altura que se yergue, altivo, abrazando las 2 orillas de l'Ardèche. Es una perfección geológica que nuestros antepasados del paleolítico ya admiraban.


Hace 100 millones de años, esta región era un mar profundo alrededor de una isla que era el Macizo Central. Hace 2 millones de años que las aguas se infiltraron y formaron cavidades subterráneas. Las Gorges de l'Ardèche es uno de los lugares de Europa más ricos en "avens" y grutas. Las Gorges de l'Ardèche y Vallon-Pont- d'Arc son declaradas Reserva Natural desde el año 1980. Aquí los amantes del canoe-kayak tienen su paraiso. Hay numerosas escuelas a lo largo del rio. A las personas que les gusta hacer camping, no hay lugar mejor. Los campings se suceden uno tras otro a lo largo del rio.
Continuamos por las gorges, parando muchas veces para admirar el maravilloso paisaje. Llegamos a:

St-Martin-d'Ardèche.-

 Este también es un bonito pueblo medieval. Lo más representativo es este maravilloso puente colgante que cruza l'Ardèche. Aquí también hay escuela de monitores de canoe-kayak. Este año 2009, exactamente el día 7 de Noviembre, se celebra la 25º Marathon International des Gorges de l'Ardèche. Será un descenso de leyenda a través de 35 km. ¡Los amantes de este deporte no se lo pueden perder!

Sólo cruzar el rio y nos encontramos con el último pueblo que visitaremos

Aiguèze.-

Antes de pasar el puente, si levantais la vista vereis, en lo alto de una inmensa roca la silueta de un castillo medieval rodeado de banderas y estandartes. Es el bello pueblo de Aiguèze. Este pueblo parece desafiar las leyes de la gravedad y queda suspendido sobre el rio como si fuera una joya engarzada en la roca. Es de origen medieval.

Se pueden ver casas perfectamente conservadas y una preciosa iglesia. Detrás de la iglesia, al lado del castillo, un sendero bordea el rio ofreciendo una panorámica inigualable.

Aquí nos despedimos de l'Ardèche. Como habeis podido comprobar a traves de este "blog", el Norte es un lugar ideal para los excursionistas, los amantes de los grandes espacios... El Sur, lleno de pueblos emblemáticos, es idóneo para visitas culturales y deleitarse volviendo, aúnque sea solo por unos días, a la Edad Media. Les Gorges, el paraiso para los aficionados al camping y, sobre todo, para navegar con canoe-kayak.
L'Ardèche es un lugar mítico, espectacular, salvaje, grandioso, mágico, diferente que... ¡te va a encantar!

Mi agradecimiento a Ardèche Tourisme, Service de Presse de Privás, por su valiosísima colaboración en la realización de este "blog".

A todos vosotros, amigos incondicionales que me leéis, un abrazo muy fuerte y...¡hasta muy pronto!

Magda Navarro




















3 comentarios:

kendopitecus dijo...

Hola Magda. M'ha semblat força interessant el teu blog. El consultaré sovint quan hagi de planificar vacances!

Auto Premium Detail dijo...

Muy interesante! Me suscribo!

Apartamentos en peñiscola dijo...

Tal como describe en el titulo es todo un encanto esta región, las imágenes son fiel reflejo de lo hermoso de este paraje.