miércoles, julio 16, 2008

Les Gorges du Tarn



 (Hacer click sobre las fotos para verlas a pantalla completa)

Les Gorges du Tarn, situadas en el Parque Natural de Grands Causses y a 115 Km. de Montpellier, es uno de los destinos ideales para cuando sólo se dispone de 3 ó 4 días de vacaciones. Si efectuamos la salida desde Barcelona, debemos de coger la autopista A-7 hasta La Jonquera (poner gasolina antes de cruzarla. En Francia es bastante más cara). Después de la salida de Narbonne (salida 35) nos vamos a la autopista A-75, dirección Millau/Clermont-Ferrand, hasta llegar a Millau.
Millau se encuentra a 115 Km. de Montpellier. Aquí está el viaducto más alto del mundo (343 m. de altura). El mundialmente conocido arquitecto Norman Foster, supo plasmar todo su buen hacer realizando un diseño que a nadie puede dejar indiferente. Es el primer gran proyecto de ingeniería vial europea del siglo XXI.
Millau es un centro turístico muy animado. El casco antiguo posee un campanario del siglo XII, la Iglesia de Notre-Dame, un antiguo molino del siglo XV y restos de un puente del siglo XII. El Museo del Viejo Molino contiene vasijas de barro románicas del famoso taller de Graufesenque, que se encuentra a pocos km. de la ciudad actual. Millau es famosa por sus fábricas de cuero y guantes.
Para empezar, podemos visitar el Valle de la Dourbie. Se sale de Millau por el puente de Cureplats, carretera D-991. Al pasar por la Roque-Santa Margarita, se puede visitar el Peñón de Roquesaltes. Aquí la montaña está salpicada de pueblos preciosos, parecidos a un entrañable pesebre.
Si queremos visitar uno de ellos, debemos coger el desvío de St. Veran. Es una carretera muy estrecha. Solo puede pasar un coche (rezar para que no venga otro en dirección contraria). Se sube por el barranco de Saint Veran. A la izquierda se halla Cantobre, con sus viejas casas casi todas en ruinas. Ya en la cumbre, la vista es preciosa. Hay un pequeño lugar para aparcar solamente unos 8 coches. El pueblo se compone de unas pocas casas, con jardín y vistas espectaculares. Las casas están situadas en baranda a lo largo del acantilado. En plena temporada es aconsejable ir muy pronto para no tener problemas de cruces de coches y aparcamiento. No obstante, desde la carretera, a unos 200m. del desvío de Saint Veran, se pueden contemplar vistas maravillosas del pueblo, de la iglesia, y de las ruinas de un castillo. Se puede obtener todo el conjunto en una sola foto.
Siguiendo la carretera se llega a Nant, donde hay una iglesia del siglo XII, una plaza del siglo XIV con pórticos, y muchas casas antiguas. Desde este bonito pueblo se puede ir hasta La Cubertoirade por una carretera nueva. No está lejos, unos 17 km. aunque, si se va por la A-75, sólo hay 1 (salida 49) .
La Cubertoirade una preciosa ciudad templaria completamente amurallada, que conserva todo el encanto de aquel periodo de la historia. Se puede visitar la iglesia, casas nobles con escudo y muchas viviendas que, con el paso del tiempo, se han convertido en tiendas de souvenirs o restaurantes. También hay algunas que son museos. Nos recuerda un poco “La Cité”·de Carcassonne.
Si sois amantes de los gatos aquí podeis ver preciosos y cariñosos ejemplares. Está clasificada como uno de los "pueblos más bellos de Francia"

Regresamos a Nant y seguimos hasta Cantobre, pueblo encaramado en las rocas. Desde allí nos dirigimos a Meyrueis.

Estamos llegando a Meyrueis, a 706m. de altitud, situado en la confluencia de los ríos Jonte, Brèze y Bétuzon. Es un pueblo encantador y uno de los centros de excursionismo más importantes de la zona. Hay que ver el puente sobre el río y la torre de defensa. Desde aquí salen excursiones guiadas hacia las Gorges du Tarn o a la Corniche de les Cévennes. Ya en las afueras, y encima de un peñón de 70 m. que domina la ciudad, se ha construido la capilla de Notre Dame de Bon Secours.

Nos encontramos muy cerca de la gruta de Dargilan. Si queremos visitarla es mejor salir de Meyrueis por la D-986 dirección sur, hacia el Parque Nacional de las Cévennes . A la derecha coger la la D-39 para subir sobre Cause Noir y llegar al pueblo de Dargilan. A medio km., al final de un camino lleno de piedras, se encuentra la gruta, encima de un promontorio que domina el río de la Jonte. La Gruta de Dargilán tiene una longitud aproximada de 1,5 km. y debe seguirse el itinerario marcado. La vista del conjunto seduce por sus proporciones imponentes, sus formas extrañas y la diversidad de sus colores. El horario de visita es de 10 a 12 y de 14 a 16.30 (en Julio-Agosto de 10 a 18.30).

Dejamos definitivamente las Gorges de la Jonte. Volvemos sobre nuestros pasos hasta la D-986 para encontrar el indicador que nos señala Sta. Enimie, un pueblo encantador. A los pocos km. vamos a encontrar un indicador que nos señala las cuevas de Aven Armand. Es un conjunto único de estalagmitas descubierto por Louis Armand. Se encuentra a 75 m. de profundidad, donde se llega con un funicular eléctrico. Antiguamente se bajaba a pie. En la mayor de las salas, de 40m. de altura y 100m. de largo, las figuras ofrecen formas insólitas dibujadas en la piedra caliza por el agua de lluvia, creando un decorado extraño que nos va dejar boquiabiertos. Un pequeño camino, con altibajos, da toda la vuelta a este impresionante espectáculo natural cuyas formas, esculpidas por enormes estalagmitas, nos hace ver Palmeras, Coliflores, una Cabeza de Tigre, la Virgen con el Niño, etc. Gracias a unos potentes proyectores de diferentes colores, este conjunto toma un aspecto irreal y fantástico.

Volvemos de nuevo a la D-986. Estamos atravesando le Causse Méjean. Enormes rocas gemelas dan majestuosidad al paisaje. Lástima que no hay ningún “refuge” para poder parar el coche y contemplarlo con más detalle desde el borde del precipicio. Cuando llegamos a la parte más alta, 965-990m. de altitud, nos encontramos con grandes extensiones completamente llanas. Al llegar a Anmières empezamos a dejar el altiplano. A pocos kilómetros un desvío: La Malène a la izquierda. Cogemos el de la derecha hacia Sta. Enimie. Pasamos por Caussignac (4 casas y un Logis de France) . El Col de Coperlac está a 907 m. de altitud y hay un mirador desde donde se pueden hacer muy buenas fotos.

Llegamos a Sta. Enimie, uno de los pueblos más emblemáticos de las Gorges du Tarn. Recorrer sus callejuelas estrechas y pasearse por las orillas del Tarn, atravesando el hermoso puente curvado que une las dos orillas, es algo que tardaremos en olvidar. A las afueras del pueblo está la ermita donde, según la tradición, vivió Santa Enimie. Santa Enimie era una Princesa merovingia que, tras curarse de la lepra gracias a las aguas de la fuente milagrosa de Burle, fundó en este lugar un monasterio que luego pasaría a ser el origen del pueblo. La Iglesia es muy antigua y el cementerio está en la parte exterior de la misma.
Vale la pena pasear por las callejuelas y admirar las viejas casas llenas de flores. Es un lugar muy animado y con muchas tiendas para comprar recuerdos y especialidades gastronómicas de la zona.

Volvemos al coche y a poquísimos kilómetros ya podemos admirar el panorama de Saint-Chely du Tarn. ¡Esto si que parece un pesebre! Desde la carretera se puede ver el pueblo, el puente y el río en un conjunto de postal impresionante. Hay que bajar muy lentamente para no perderse ni una pequeña fracción del hermoso paisaje. Ya en el pueblo se puede encontrar un Logis de France con un restaurante de muy buena calidad.
Hacia la izquierda, y después de cruzar un minúsculo riachuelo, encontraremos una antiquísima iglesia, excavada en la roca, que vale la pena visitar. El panorama del río desde la terraza del Hotel (a la derecha, donde está la piscina) es espléndido. Si se dispone de tiempo para pasar una noche y poder ver la iluminación del puente y el río, va a ser un agradable recuerdo.

Dejamos Saint Chely-du-Tarn para llegar, a los pocos kilómetros, al Chateau de la Caze, fortificación del siglo XV situado al borde del Tarn. Transformado hoy día en Hotel, continúa conservando su estilo medieval. El interior está decorado siguiendo el estilo de la época de su construcción. En la torre del ala sur se encuentra la habitación de “Las Ninfas” llamada así por la pintura de las “Señoritas de Maliau” que recuerda a las “Ninfas del Tarn”(famosas por su encanto y belleza). Aunque no seamos huéspedes de este hermoso castillo, podemos admirar sus jardines y entrar a pedir información. Será la excusa para poder ver su vestíbulo y darnos cuenta del buen gusto de sus actuales propietarios.
Ya de vuelta a la carretera se pueden ver las ruinas del antiguo castillo feudal de Hauterive, en la orilla izquierda del Tarn. Nos estamos acercando a La Malène.
Al llegar a La Malène, se aconseja aparcar en el embarcadero para poder realizar la bajada por el río Tarn, en barca, hasta el circo de Baumes. La bajada se efectúa en barcas de 4 ó 5 personas, con el barquero colocado en un extremo, conduciendo la embarcación con habilidad a través de los rápidos y de las cuencas sosegadas, que se suceden de manera rápida y caprichosa. A poco de empezar la travesía, el río se halla preso entre acantilados de 400 a 500 metros de altura.
Pasamos por unas edificaciones muy bien cuidadas. Según nos relató el barquero, se trata de unas casas de labranza que quedaron muy deterioradas con el paso de los años y con las contínuas subidas del rio. Un acaudalado extranjero las compró, las restauró y, ahora, ofrecen este aspecto que podeis ver. Son para uso y disfrute de su familia y amigos.
El barquero nos indicará el lugar donde se puede ver la gruta de la “momia”, un agujero en la roca parecido a la forma de una persona. A lo largo de las gorges hay otras muchas grutas que hacen las delicias de los espeólogos. Esta bajada por el río es impresionante. Antaño, los barqueros de La Malène controlaban el único medio de transporte de este valle. En 1904, había más de 500 barqueros, todos hijos del país. En 1905, cuando se empezó a construir la carretera, todos los materiales se transportaban por el río, cargados en barcas y tirados por caballos. Hoy en día las barcas hacen el recorrido desde Pascua hasta Todos los Santos y solo llevan turistas. Hay en activo 10 barcas. Al anochecer, unos focos muy potentes hacen que los “etroits” resplandezcan como si estuvieran iluminados por el sol.

El río Tarn es rico en truchas y barbos. Estos últimos pueden llegar a un tamaño muy superior a lo normal. Últimamente, la variedad de castores del Canadá está intentando colonizar parte del río, con ejemplares que llegan a pesar 40 kg. También es un lugar donde se pueden ver pájaros como la merla y el Martín pescador.
Años atrás, las viñas bajaban por los acantilados hasta el mismo borde del río. Hacia la mitad de la travesía y sobre los acantilados, se está introduciendo el cultivo de la trufa. Se empieza a recolectar a mediados de Abril.

Al terminar el paseo por las gorges, una mini grua sube la barca y una furgoneta devuelve al embarcadero la barca y los pasajeros, haciendo el recorrido de 8 km. por carretera. Antes de dejar La Malène vale la pena hacer una visita al pueblo. Hay rincones encantadores y casas con jardines muy bien cuidados las cuales, durante el verano, se alquilan como “Chambres d’Hôtes”, una especie de “Bed and Breakfast” a la francesa. Hay que visitar el castillo de los Montesquieu, del siglo XVII, convertido en hotel de lujo, justo a la entrada del pueblo, y la bellísima iglesia románica. Cerca de la iglesia hay unas señales que muestran donde llegó el agua del río en 1982. En este año, el Tarn tuvo una subida de 12 m. A mitad de la travesía por las gorges hay una casa de colonias que quedó inundada por completo. Aún pueden verse troncos y ramas sobre las copas de los árboles. En Santa Enimie, el agua llegó hasta la iglesia.
Desde el embarcadero de La Malène se puede coger una carretera para subir al Point Sublime. Es un mirador en las ruinas de Montferrand que permite admirar todo el espectáculo de las gorges desde 400 m. de altura.
Sólo dejar La Malène nos encontramos la carretera a dos niveles. Hay una roca de 120 m. de altura donde siempre hay alguien que está haciendo escalada. En este lugar se puede aparcar el coche y disfrutar del paisaje de rocas que sobresalen haciendo un verdadero “toldo” sobre la carretera.
Al llegar a Peyreleau se puede tomar la carretera D-29 hasta llegar a Quatre Chemins y luego girar a la derecha hasta el Albergue de Maubert, donde se pueden adquirir los tickets para visitar Montpellier-le-Vieux, conjunto de rocas dolomíticas del Causse Noir que dominan las Gorges de la Dourbie. Tiene una extensión de 120 hectáreas. La naturaleza ha agrupado rocas de formas extrañas, resultado de la erosión, las cuales crean increíbles siluetas cuyo conjunto evoca las ruinas de una antigua leyenda. Se puede hacer el recorrido a pié (1 hora) o subiéndose a un pequeño tren que da la vuelta por este maravilloso lugar.

Al dejar Montpellier-le-Vieux, volvemos a Millau por la D-991, a través del puente de Cureplats.

Aquí termina un viaje que se puede hacer aunque dispongais de pocos días y que estoy segura que os va a dejar muy buen recuerdo. Os agradecería que al terminar de leerlo hicierais servir la opción "coments" que se encuentra al final de la página. Podeis dar vuestra opinión, con unas pocas palabras, acerca de lo que está escrito y, en caso de hacer el viaje, decir si ha sido agradable. Vuestros comentarios son muy valiosos para mí. También podeis consultar www.franceguide.com donde encontrareis infinidad de propuestas y consejos para sacar todo el partido de vuestro próximo viaje.
Un abrazo y .....¡Que lo paseis muy bien!

Magda Navarro

sábado, marzo 22, 2008

La Alta Savoia


La Alta Savoia. 2ª parte

Thonon-les-Bains.Evian-les-Bains
Yvoire.Chamonix.Mont Blanc

Sexto día. Annecy/Thonon-les-Bains


Desayunamos y nos preparamos para irnos a Thonon. La carretera lleva directamente a Thonon, pero vale la pena desviarse para visitar La Roche-sur-Foron, interesante pueblo medieval.
La Roche-sur-Foron es la segunda ciudad histórica del departamento de la Alta Savoia. Fue la capital de los Condes de Génova durante casi dos siglos (XI - XIII) y llegó a ser el más grande centro de ferias del Ducado de Savoia en el siglo XVI. Esta pequeña ciudad fue la primera de Europa en estrenar iluminación eléctrica en sus calles (año 1885).

Hay que pasear por el Quartier du Plain-Château: callejuelas medievales y, al fondo, un castillo precioso. Después dirigirnos hacia la Tour des Comtes de Genève, restos de una fortificación de la edad media. Todo el pueblo es un encanto. La plaza está diseñada con un gusto exquisito, con surtidor en el centro y rodeada de flores por doquier. Salir del pueblo por la antiquísima Porte Saint-Martin.
Volver al coche. Ahora sí, directo hacia Thonon-les-Bains. Solo llegar ya se contempla el hermoso Lac Lemans. Esto no es un lago…. ¡es un verdadero mar!



Thonon-Les-Bains está situada en la orilla meridional del Lac Léman, al pie de las montañas alpinas de Alta Savoia. Esta ciudad, de 30.000 habitantes, está clasificada “4 fleurs” que significa ciudad florida. Y de verdad, sus arreglos florales entusiasman.

La ciudad tiene dos partes muy diferenciadas: la parte alta y la parte baja. Hay un pequeño funicular que lleva al muelle pero, como está cerca y todo es cuesta abajo, es mejor bajar a pié, pasando por antiguas casitas de pescadores que aun conservan, como si de un museo se tratase, restos de sus costumbres antiguas: un lavadero comunitario, una prensa de aceite, puertas y ventanas con cerrajes antiquísimos, etc. El muelle de pescadores es una preciosidad, lleno de yates, barcas, casitas para guardar los trastos de pescar y muchas, muchas cigüeñas descansando en los palos del muelle. Se puede ver una antigua mansión, muy bien conservada, con un jardín de ensueño, guardada por varios perros. Para subir sí vale la pena coger el funicular.

Séptimo día: Thonon-les-Bains:



Después de desayunar, se puede ir a visitar Avoriaz por la carretera 902. Se pasa por las Gorges du Diable. Se tiene que andar un poco para llegar hasta el fondo. No obstante, la catarata que atraviesa la carretera es espléndida. Después de varias paradas para admirar el paisaje, llegamos a Morzine, un pueblecito de esquí encantador. Se puede pasear por el pueblo, donde hay tiendas de lujo y un ambiente elegantísimo. En las oficinas de Información y Turismo, nos recomiendan ir a ver el lago de Montriond. Se llega en 10 minutos y, al llegar uno se queda con la boca abierta: El sol lo ilumina en su totalidad, la superficie completamente helada con césped y nieve a su alrededor y montañas altísimas marcando sus límites. Cientos de ranas en sus orillas.

Volvemos al pueblo, y enfilamos hacia Gets, otra famosa estación de esquí. Gets es muy bonito, pero Morzine tiene mucha más categoría. Llegamos a Avoriaz. Hay unas telecabinas que llevan a los esquiadores a la cumbre. El pueblo no entusiasma mucho. Hay Restaurantes por todos lados. Si no os quereis quedar a comer aquí, regresar a Thonon-les-Bains por el Valle de la Abundancia. Aquí hay muchas granjas y es el lugar idóneo para comprar el famoso queso "Reblochon". Pedid que lo envasen al vacío, ya que el olor que desprende es muy, muy fuerte.














Después de comer podeis ir a visitar Evian-Les-Bains. Está casi al lado. En un momento llegareis. El camino es muy bonito y no hay ningún problema para aparcar ya que la carretera se convierte, al llegar a la ciudad, en el paseo del lago.


La ciudad tiene 7.000 habitantes y está construida en anfiteatro al borde mismo del Lac Léman y justo enfrente de Lausanne (Suiza). Está completamente adosada al macizo de los pre-Alpes de Chablais. Evian se beneficia de un clima buenísimo al estar entre lago y montaña. Su agua mineral-natural de Evian, descubierta en el año 1790, es conocida en el mundo entero. En 1826 era ya una ciudad económicamente próspera y un puerto de comercio muy importante. Fué el lugar preferido para pasar los veranos los Príncipes de la Casa de Savoia














El paseo que bordea el lago es una maravilla. Los arreglos florales con multitud de flores por todos lados, los parterres con surtidores, los bancos para contemplar el lago… todo te hace sentir como en otro mundo. Hay unas estatuas enormes hechas de metal plateado y dorado, que representan animales: toro, jirafa, camello, gacela, etc.

El Casino también es espectacular pero, por dentro tiene poca clase. Se ha dado más importancia a las salas de juego que a una decoración elegante. No tiene nada que ver con el lujo y la sobriedad del de Aix-Les-Bains.

Subiendo a la parte antigua se pueden encontrar muchas casas señoriales, palacetes preciosos (uno de ellos es actualmente un video-club) ¡es una pena!. En esta parte alta de la ciudad hay muchas casas decoradas con unos “vitraills” preciosos.

Muy cerca de Thonon-les-Bains está Yvoire. Consultando el mapa, está casi al lado. La realidad es diferente: se tarda bastante en llegar por que la carretera está atestada de gente a la hora de cierre de comercios y también por el hecho de que se pasa por el cinturón de Thonon donde se concentra toda la industria de la región. No obstante, a partir de las 5 de la tarde el parking está casi vacío. Durante el día es insuficiente dada la cantidad de vehículos que llega para admirar este bello lugar.



Yvoire es uno de los pueblos más bonitos de la Savoia histórica. Emana un encanto simple y tranquilo. En invierno, cuando el cielo es gris y la temperatura fría, Yvoire emerge entre las brumas del lago con todo su esplendor. Es un pueblo medieval encantador. Callejuelas estrechas, empedradas, balcones con flores, casas antiquísimas y, sobresaliendo desde todos lados, el magnífico campanario dorado. A principios del siglo XIV, los arquitectos militares del rey Amadeo V el Grande, conde de Savoia, hicieron de este precioso pueblo un “burg” fortificado. En el siglo XVI sufre varios ataques, más su situación estratégica le ayuda para sobrevivir a sus enemigos. En la actualidad es una estación climática y turística donde el visitante queda prendado, desde el primer momento, de la belleza de este pueblo situado al mismo borde del lago Lemans. Para los incondicionales fans más fieles, es “su pueblo favorito” por excelencia y el lugar donde sus sueños se vuelven realidad.


Octavo día: Thonon- les- Bains/Chamonix/Mont-Blanc:
 



¿Preparados para salir hacia Chamonix? Pasamos por Sallanches, una pequeña ciudad de esquí parecida a Morzine. Muchas tiendas, mucha animación, muchas flores...

Seguimos hacia Chamonix (12 Km.-1042m). A medida que nos vamos acercando nos impone más y más este macizo enorme, inóspito y salvaje. En Chamonix cogemos el tren que nos llevará hasta Montenvers (1913m.)

En menos de 20 minutos, y atravesando paisajes incomparables, nos plantamos en La Mer de Glace. Este magnífico glaciar de 7 km. de largo, 1.200 m de ancho y 200m de espesor, avanza inexorablemente a unos 70-80 m. por año. Sus olas fijadas por el hielo le han dado su nombre:  

 La Mer de Glace:

Bajamos con un tele-cabina hasta el glaciar. Visitamos la gruta ahuecada y entramos dentro haciendo muchas fotos. Es una experiencia única. Desde Montenvers se puede ir hasta l' Aiguille du Midi y otras cumbres más.

Paseamos por Chamonix y admiramos sus mansiones, sus calles y sus comercios. Todo es precioso. El turismo es de mucha categoría y las tiendas y comercios son elegantísimos. Al final de cada esquina siempre hay una majestuosa montaña. Las vistas, desde cualquier ángulo, son espectaculares.

Chamonix es la capital del alpinismo y del esquí. Desde aquí salen otros teleféricos para ir a l'Aguille du Midi (3.842m) La vista desde lo alto es inmensa y abraza las montañas más altas de Europa. Dejamos Chamonix con pena. Ya en la carretera que nos lleva de regreso, paramos en un lugar donde venden el famoso queso “Reblochon”. No nos acordamos de pedir que lo envasen al vacío y, cuando volvemos a levantar el “capó” al cabo de unas horas, parece que se nos podrido una vaca dentro.

Volvemos a Sallanches. Vamos a ver un poco el pueblo. Nos gusta mucho. Hay una plaza magnífica. Muchos árboles, muchos parterres con flores. Subimos el paseo hasta la parte alta y admiramos el río que baja con mucha fuerza. Estos pueblos de montaña tienen un encanto especial que los hace diferentes y encantadores.


Noveno día: Sallanches/Barcelona:

Después de desayunar bien, dejamos estas hermosas montañas con nostalgia. Subimos y subimos dejando Sallanches muy, muy abajo. Pasamos por Praz/sur Arly, por Fumet, por Ugine, todos ellos pueblos entrañables.

El viaje de vuelta, como siempre, muy agradable. La suerte nos acompaña: hace tiempo primaveral durante todo el día.

Este viaje, que ocupa pocos días, puede ser uno de los más recordados. Nunca antes habreis visto tantas flores, tanta agua, tantas montañas impresionantes, ni tanta nieve. El Mont Blanc es sobrecogedor, aún desde la lejanía. Es una de las pocas montañas que, cuanto más se mira, más respeto infunde. Poder verla de cerca, poder pisar sus nieves eternas y adentrarse en “La Mer de Glace” es una experiencia que perdurará mucho tiempo en el recuerdo.

Deseo que disfruteis de este viaje. Para nosotros fué único e irrepetible.

Si teneis alguna duda sobre algún aspecto de estos itinerarios , en la parte de "comments" podeis preguntar lo que querais y yo os contestaré, con mucho gusto, al e-mail que me indiqueis.

También podeis consultar con: http://www.franceguide.com/. donde hallareis propuestas y comentarios para disfrutar aún más de vuestro viaje al país vecino.

Un abrazo

Magda Navarro




















martes, febrero 26, 2008

La Alta Savoia






La Alta Savoia






Grenoble.Aix-les-Bains.Chambery.Annecy



¡Hola amigos viajeros! Ya vuelvo a estar con vosotros para iniciar, juntos un viaje hacia un nuevo destino. Esta vez os propongo una escapada excepcional: iremos hasta la Alta Savoia y, si se dispone de tiempo, llegaremos hasta el macizo del Mont Blanc para terminar en el Lac de Lemans. Este viaje es único, tanto por los pueblos que se visitan como por los paisajes que se pueden contemplar a lo largo de todo el trayecto. Efectué este viaje una Semana Santa. El tiempo fue magnífico. No obstante, cuando se está en la alta montaña nunca se está seguro en que momento cambiará el tiempo. Todo depende de la metereología y de la suerte que, en aquel momento, nos quiera acompañar.


La Alta Savoia es un departamento francés que pertenece a la región Rhône-Alpes. Por una parte linda con Italia (Valle d'Aosta) y por otra con el macizo del Mont-Blanc y Suiza (Lac Leman). Es el país de los lagos alpinos, de los pueblos encantadores y de la nieve. También sus quesos tienen mención aparte. En la Alta Savoia hay 3 quesos con nominación de origen : el tomme, el beaufort y el reblochon, este último con una aroma y un sabor muy acusado.






Primer día: Barcelona/Grenoble:



Hora recomendada de salida: 7 de la mañana. Pasaremos por Montpellier, Nîmes, Orange y, a la salida de Valence, debemos coger la A-49 que nos va a llevar, directos, a Grenoble. Si el tiempo es bueno, el viaje puede ser fabuloso. Hacemos varias paradas en los Relais de la autopista para comer. Se puede ir preparado con algunos bocadillos, frutos secos, fruta y alguna bebida. Todo esto cabe muy bien en una nevera portátil y se pierde menos tiempo que esperando en un restaurante de autopista donde la comida toda sabe igual. Tenemos la opción de tomar un buen café donde veamos máquinas de café Express.














Podemos llegar a Grenoble a las 5 de la tarde. Hay un cinturón ancho y precioso que bordea la pequeña ciudad. Aquí hay “plannings” donde se puede consultar la situación de los hoteles. Solo nos falta mirar donde está el hotel que tenemos reservado.
Grenoble, ciudad olímpica con más de 2.000 años de historia, es la capital de los Alpes. Rodeada de montañas y situada entre los altiplanos de Dauphiné, Belledonne, l’Oisans, la Chartreuse et le Vercours, tiene la particularidad de que, al final de cualquier calle, siempre hay una vista espléndida de una gran montaña. Asimismo, gracias a su tecnología punta, ha llegado a ser un hito europeo en estas materias. También fue cuna, en 1783, del gran escritor Stendhal.

La Plaza Grenette, donde está la fuente que siempre sale en las fotos y todas las tiendas de moda más importantes, se puede considerar el centro de la ciudad. Las innumerables terrazas de las Cafeterías están atestadas de jóvenes. Por todos lados hay un ambiente increíble.

















Desde el Quai d’Isière, el paseo que bordea el río, se puede admirar la Bastille, situada en lo alto de una montaña en la margen opuesta. Un teleférico en forma de huevos de Pascua hace el recorrido desde el río hasta la fortaleza. Cuando hace viento, normal en esta región, las cabinas se mueven bastante. Desde arriba, la vista es espectacular: se puede contemplar toda la ciudad y la primera toma de contacto con las desafiantes montañas de los pre-Alpes. Se puede visitar una exposición de fotos antiguas, gigantes y en blanco y negro (algunas parecidas a murales), del tiempo de la resistencia.


Segundo día: Grenoble/Aix-les-Bains:
















Nos vamos a dirigir hacia Aix-les-Bains evitando las carreteras nacionales y las autopistas y cruzaremos el Parque Nacional de “La Chartreuse”, que es una de las maravillas de la región. A medida que vamos subiendo de altitud, la nieve va apareciendo (hicimos el viaje por Semana Santa). Las vistas son hermosísimas, los pueblos pequeños y encantadores. Paramos en Sant Pierre para hacer fotos y filmar. Las vistas que podemos contemplar de los pre-Alpes nos dejan atónitos. Cada vez hay más nieve a los lados de la carretera: casi medio metro. Al bajar, la nieve desaparece y el paisaje cambia radicalmente. Empezamos a vislumbrar Chambery y el Lac du Bourget.























Paramos en Chambery y aparcamos en el parking donde se instala el mercado semanal, a una travesía del boulevard de la Colonne y de la célebre Fuente de los Elefantes. Nos pateamos la pequeña ciudad. La parte vieja, magistralmente restaurada es una maravilla. Mansiones de la Edad media se pueden encontrar por doquier. Chambery fué, en su día, capital de la Savoia. Hay edificios preciosos, una plaza encantadora, con una fuente en el centro que es el emblema de la ciudad y muchas tiendas elegantes. La Catedral ofrece una decoración en trompe-l'oeil, estilo gótico-trovador, que la hace completamente diferente de las demás catedrales.

Continuamos hasta llegar a Aix-les-Bains.
Aix-les-Bains es una estación termal y turística, es una “ville d’eau”. Está situada en la ribera del Lac du Bourget. Dispone de todas las ventajas de una gran estación turística: Casino, hipódromo, golf y deportes náuticos.
















Empezaremos por visitar Las Thermes Nationaux, de 2000 años de antigüedad. Al principio eran unas grutas y ahora se han convertido en un edificio precioso. Están situadas en la plaza donde está el Ayuntamiento y una gran fuente donde el arreglo floral se combina con cascadas de agua: es una maravilla. Toda la plaza está llena de parterres redondos con flores, sobre todo pensamientos. También hay un tren pequeño que da la vuelta por todo el centro.
















Luego podemos visitar el Casino. Se llama Casino Grand Cercle y fue inaugurado por el rey Victor Emmanuelle II en el año 1850. Es espléndido, muy acorde con la fastuosidad de la época. Está todo recubierto de espléndidos mosaicos (3.500.000 pequeños cubos de cristal recubiertos de oro). Aparte, una cantidad de máquinas de juego impresionantes. También hay un teatro para 800 personas, un cabaret y unos surtidores en el exterior, con juegos de música, luz y sonido. Unas enormes bolas de marmol a ambos lados de la entrada, sumergidas en unos recipientes de agua caliente, llaman la atención: Por la acción del líquido dan vueltas sin parar.
En aquel tiempo, toda la realeza y la burguesía más opulenta iban a tomar las aguas en Aix-les-Bains. Hay multitud de palacios, palacetes y hoteles que debieron de ser elegantísimos: hoy en día están en decadencia o convertidos en apartamentos. No obstante, la opulencia de aquellos aciagos días aún se puede constatar.
















El Téâtre de la Verdure, en el mismo centro, es una maravilla. Esta lleno de flores por todas partes. Miles de pensamientos haciendo composiciones sorprendentes: del azul cielo al azul obscuro, del amarillo hasta llegar al granate.... Árboles milenarios altísimos. El edificio del Téâtre de la Verdure fué construido en 1934 y tiene una capacidad para 3.000 espectadores.


Tercer día: Aix-les-Bains:

















Continuamos en Aix-les-Bains. Cogemos el coche y vamos a dar la vuelta al Lac du Bourget el cual, sólo llegar, ya nos ha cautivado. Es el lago natural más grande de Francia, como un mar interno: 18 km. de largo por 3.5 km. de ancho. Tiene 85 m. de profundidad media pero, entre Grésine y Hautecombe, la profundidad llega a los 147 m. Tiene 3 afluentes: la Leysse, le Tillet y le Sierroz. El nacimiento de este lago se remonta a 19.000 años antes, después que los glaciares se retiraran poco a poco de esta zona. Los primeros pobladores empezaron a habitarlo hace unos 3.500 años .

Hay un castillo precioso antes de llegar a la mitad del lago: El Château de Chantillon. Es del siglo XIII y, en la antigüedad, el lago llevaba su nombre. En principio solo se puede visitar los miércoles y durante el periodo de verano. Continuando camino se llega a Conjux, pueblecito de pescadores que no ha cambiado desde los tiempos en que fue fundado. El recinto del camping municipal es encantador, con una cascada muy grande que cae justo detrás de la instalación.

















Siguiendo con la vuelta al lago, se llega a la Abbaye Royale de Hautecombe, obra maestra de estilo gótico trovador donde, desde el año 1189, están enterrados todos los miembros de la casa real de los Duques de Savoia. El Príncipe de Savoia es el último Rey de Italia que reposa en esta esplendorosa Abadía. Es un castillo impresionante situado en un lugar encantador, con embarcadero propio. Fue restaurada por completo en el siglo XIX por artistas del Piamonte.






















En el interior se suceden las capillas con mausoleos, todas hermosísimas. Los techos son de madera finamente trabajados. Grandes “vitraills” con composiciones nunca vistas. Los aseos están situados en la parte de abajo, casi al borde del lago, y parecen una pequeña capilla.

Muy cerca de la Abadía, y continuando por la misma carretera, se sube al Col du Dent de Chat para bordear el lago hasta Chambery. Este Col es la única asperidad de la cadena alpina de las montañas de l’Epine: tiene forma de caninos de gato, de aquí le viene su nombre. Paramos en el Belvedere y admiramos una vista preciosa de todo el lago y su ribera. Debajo mismo de dicho belvedere, l’Abbaye Royal d’Hautecombe.













En Bourget du Lac, hay restaurantes para poder comer. El plato típico se llama "gratin Savoyard" y es delicioso. En los postres, no hay que olvidarse de los quesos. Cualquier queso, de las cuatro denominaciones de origen que tiene este departamento, es exquisito. También el pastel de manzana es una especialidad de la zona, ¡sobre todo si va cubierto con chocolate caliente!



Cuarto día: Aix-les-Bains/Annecy:

Para dirigirnos a Annecy es mejor coger la carretera que pasa por el Parc des Bauges y evitar cualquier carretera nacional. Lo primero que vamos a encontrar es El Pont De l’Abime. Son unas “gorges” muy profundas, con un río impresionante que pasa por debajo y un puente colgante, (que se mueve bastante) que las atraviesa. Podeis cruzar el impresionante puente sobre el río. Es precioso. El Parque des Bauges no es tan espectacular como La Chartreuse, ya que este no tiene nieve, pero las vistas son espléndidas. En muy poco tiempo se llega a Annecy.



Annecy es llamada la Venecia alpina. Uno se queda maravillado sólo entrar: Jardines con los arreglos florales más bellos nunca vistos, parques, canales y un lago espléndido rodeado de la extensión más increíble de césped que se pueda imaginar. El Lac d’Annecy es el más puro de Europa, ya que se alimenta de las aguas de los glaciares y las nieves perpetuas de los Alpes, que le rodean por completo.
Annecy, preservada casi intacta desde el siglo XIV, ofrece al visitante calles sinuosas bordeadas de arcadas, mansiones fortificadas, monumentos de cada etapa de su historia y una "charme" que la hace irrepetible.
Annecy posée una prestigiosa y tradicional hostelería. En cualquier restaurante se come bien. La trucha de río a “la menière” es sabrosísima. Las "fondues" son excelentes. No dejeis de probar las frambuesas salvajes, ¡son exquisitas! Para descansar un poco después de comer, se puede subir al barco que da la vuelta al lago. La travesía es una maravilla. En sus riberas se puede encontrar pueblos típicos, cusiosidades naturales, lugares históricos, castillos, prados, cascadas y montañas coronadas de nieve.

Los barcos que dan la vuelta al lago salen a todas horas. Consultar horarios con antelación. Acordaos de coger alguna prenda de abrigo. El tiempo cambia con facilidad y os puede coger frío durante la travesía. Vale la pena estar en cubierta.















Primero se pasa por Annecy Le Vieux, un pueblo más grande que Annecy situado al borde mismo del lago. Después por Menthon-Saint-Bernat, entre dos montañas y muy cerca del lago. El Castillo de Duingt, situado en una especie de península, es una maravillosa obra de arte.


Toda la ribera del lago está poblada de mansiones y castillos. El Palace Beau Rivage, en la otra orilla, es espectacular. Fue abandonado por sus propietarios por no poder mantenerlo. Ahora se ha rehabilitado y son apartamentos de gran lujo. Dar la vuelta al lago tiene una duración de 1 hora y cuarto.




La visita a la parte antigua de Annecy, Le “Vieux Annecy" es un gozo indiscutible. Restaurada con un tacto exquisito, se tiene que admirar edif”icio por edificio y canal por canal. Hay tantas flores, hay tanta agua, es todo tan precioso que la vista casi no puede asimilarlo. El Palacio de la Isla, edificado sobre una pequeña isla del río Thiou, en el canal que va al lago, data del siglo XII y tiene la forma de una nave surcando las aguas. Se llama también "Viejas prisiones" y es el monumento símbolo de la ciudad. Uno de los palacios más fotografiados de Francia.

La rue de Ste. Claire es una característica vía del centro histórico con casas y portales del siglo XVI y XVIII.
La calle Royale es el corazón de la vida comercial y política de esta ciudad. Sus boutiques, sus jardines y la fuente de los Pozos de San Juan la convierten en la calle más transitada de Annecy.


Quinto día: Annecy:



No os podeis perder el dar la vuelta al lago en coche. Parad en el primer pueblo, Svriez. Hay un complejo turístico al borde del lago impresionante: todas las comodidades para poder tomar el sol, bañarse, jugar los niños, y comer. En verano debe ser una maravilla ya que no tiene nada que envidiar a un pueblo de orillas del Mediterráneo.














En Duingt se puden tomar fotos del Castillo desde el borde del lago. Se puede subir a pié por un caminito de Vía Crucis hasta la grotte de Nôtre Dame du Lac. Desde el mirador de arriba la vista que se puede contemplar es espléndida: el Lac d’Annecy, el Castillo de Duingt y, en la lejanía, el Castillo de Menthon-St-Bernard. Lugar idóneo para hacer fotos y filmar.

Continuando con la vuelta al lago, se encuentran pueblecitos encantadores. Es obligado parar para admirar los hermosos arreglos florales que están en todos lados.

En Menthon hay que subir al castillo. El Castillo de Menthon-St-Bernard domina todo el lago de Annecy.

















Esta fortaleza medieval ha sido transformada, a través de los siglos, en un gran palacio señorial. Lo que más impresiona de su historia es que los actuales Señores de Menthon son los descendientes, en línea directa después del siglo XXI, de los Señores que lo fundaron. Es un hecho rarísimo y hace que la visita al interior de este castillo sea diferente a la de otros. No obstante, sólo se puede visitar en verano, en Abril aún está cerrado al público. No obstante, aunque no podais acceder a su interior, la vista que se ofrece desde sus jardines es asombrosa. Las montañas nevadas las ves tan cerca que parece que las puedas tocar y la vista del lago, con Annecy al fondo, es de postal.


De vuelta a Annecy, no dejar de ver las innumerables iglesias antiguas que posée la ciudad. La Catedral de St. Pierre es de estilo gótico del siglo XVI y posée numerosas obras de arte barrocas y un magnífico órgano del siglo XIX.
St. Maurice, también de estilo gótico, empezó a construirse el año 1422 y se terminó en 1491. El Monasterio de la Visitation fue el primer convento de salesas fundado en 1610 por San Francisco de Sales y Sta. Juana Francisca Frémyot de Chantal. En su iglesia-basílica se encuentran las reliquias de sus fundadores.
En Annecy, muy industrial antiguamente, existía una fundición muy importante donde fué construida la "Saboyarde", famosa campana de la Iglesia del Sacre Coeur de Paris.
Se podría estar en Annecy una semana entera sin cansarse. Sólo sentándote con un libro en uno de los bancos que hay frente al lago y viendo la cantidad de gente que pasea, que patina, que va en bicicleta, etc. se pasa el tiempo volando. Creo que es una ciudad que uno tiene que volver una y otra vez....
Espero que os haya gustado esta primera parte del viaje. Si disponeis de más tiempo, no dudeis en continuar. Lo que viene después es magnífico. Esta parte de Francia no tiene desperdicio. Todo lo que vamos a ver es interesante. Para los amantes de la montaña y de la nieve, el Mont Blanc será la culminación de sus sueños. Espero que querais continuar con esta segunda parte.
Ver La Alta Savoia 2ª parte en: www.viajes-en-coche.blogspot.com
También podeis obtener información complementaria de vuestros viajes al país vecino en la página de La Maison de la France: www.franceguide.com
Un abrazo


Magda Navarro
















jueves, enero 31, 2008

Una semana en la Auvernia (L'Auvergne)








¡Hola amigos! Aquí estoy de nuevo para empezar con el viaje que hicimos la primera semana de Septiembre. Estuvimos en la Auvernia, el Macizo Central de Francia, la tierra de los volcanes. Este país se extiende desde la cadena de los Puys hasta los montes de Cantal. Este inmenso territorio formado por unos paisajes, una fauna y una flora extraordinarios, debe también su fuerte identidad a toda una sociedad rural que ha sabido preservar sus conocimientos y su cultura. Conscientes de la riqueza y de la fragilidad de su entorno, sus habitantes, de acuerdo con el Consejo Regional de Auvernia, fundaron el "Parque Natural Regional de los Volcanes de Auvernia" el 25 de Octubre de 1977. Es el parque regional más grande de Europa. Es el dominio de los volcanes y de los lagos de crater, de las granjas de altitud y de los quesos, ya que cuenta con 4 quesos con denominación de origen: La Fourme d'Ambert, el Cantal, el Salers, el Bleu d'Auvergne y el Saint-Nectaire. El Cantal y el Salers ya se fabricaban hace 2.000 años.
Las cumbres culminan a más de 1.800m. y posée uno de los aires más puros de Europa. Este parque natural ocupa una extensión de 395.000 hectáreas, tiene 120 km. de Norte a Sur, 4 macizos volcánicos (Monts Dômes, Monts Doré, Cézallier y Mont de Cantal) y su altitud varia de 400 a 1.886m.
Este viaje lo habíamos programado para finales de Abril del año pasado. Tuvimos la mala suerte de que un frente frío, procedente de Siberia, se nos hechó encima y todos los puertos de montaña quedaron cerrados, lo que nos obligó a dirigir nuestros pasos (y nuestro coche) hacia la Camargue.
Esta vez, cuando salimos el día 2 de Septiembre, pensamos que también haría mal tiempo, ya que empezamos el viaje con borrasca. Durante todo el mes de Agosto, la lluvía, la niebla y las bajas temperaturas fueron habituales en la Auvernia. No obstante, el tiempo que tuvimos fué espléndido, de pleno verano. Bueno, sin más preámbulos vamos a ir directamente al viaje. Aquí os presento el itinerario que hicimos:
Día 1.- Barcelona - Saint Flour - Chaudes-Aigües - Murat
Día 2.- Murat - Puy Mary - Salers - Tournemire - Vic-sur-Cère - Murat
Día 3.- Murat - Cheylade - Riom-ès-Montagnes - Lanobre - Castillo de Val - La Bourboule
Día 4.- La Bourboule - Le Mont Doré - Puy Sancy - Lac Chambon - Lac Pavin - La Bourboule
Día 5.- La Bourboule - Saint Nectaire - Puy-de-Dôme
Día 6.- Saint Nectaire - Saint Floret - Vieille Brioude - Le-Puy-en-Velay
Día 7.- Le-Puy-en-Velay - Barcelona.
 
Primer día.- Barcelona - Saint-Flour, 503 km. (A-9) (A-75)
Saint-Flour - Chaudes-Aigües, 30 Km. (D-921)
Chaudes-Aigües - Murat, 59 km. (D-921) (D-926)

Salimos pronto como es habitual. Pasamos la frontera, continuamos por la A-9 hasta llegar a la salida 34 (Millau-Clermont Ferrand), pagamos 9.80€ en la gare de peaje de Agde y tomamos el desvío de la derecha donde pone Agde. Hacemos unos km. por una carretera semi-comarcal, pasamos por encima de la autopista siguiendo siempre las indicaciones Millau-Clermond Ferrand. Enseguida nos vamos a encontrar con la Méridienne (A-75). Ahora empieza un trozo de autopista donde las vistas son espectaculares. A la izquierda, St-Guillem-le-Desert, encaramado sobre una loma. Más adelante, Lodève, pueblo amurallado precioso. Se puede salir para visitarlo. Un poco más adelante, mientras vamos conduciendo, la vista preciosa del Cirque de Navacelles nos acompaña unos kilómetros. La autopista va subiendo, estamos a 765 metros de altitud. En la salida 49 está Le Caylar. Se puede ver un castillo medieval y, si vamos sobrados de tiempo y no lo hemos visto antes, se puede llegar a La Couvertoirade.
Estamos en el Parque Nacional de las Grands Causses. Pasamos por el Viaduc de Millau, obra cumbre de la ingeniería moderna. El Viaduc es de peaje (5,10€), pero vale la pena cruzarlo. Tened en cuenta que no se puede parar para hacer fotos. A los pocos metros encontrareis un mirador, muy bien señalizado, desde donde podreis tomar hermosas perspectivas. Aunque mucho menos espectaculares que el de Millau, los viaductos se suceden uno tras otro mostrando unos valles preciosos. Estamos pasando por Aumont-Aubrac, a 1.000 m. de altitud. Es un pueblecito muy pintoresco. En la salida 39 se encuentra el mirador de Marvejols desde donde se puede contemplar toda la majestuosidad del paisaje. Para poner gasolina o tomar un café, se puede salir en un "village étape". Están previamente señalizados en la autopista y son siempre pueblecitos pequeños y encantadores donde la gente te recibe como si fueras "de casa". En la salida 35 está Aumont-Aubrac. Si lo visitais no os quedareis defraudados. No obstante, si se quiere ir a una gra área atestada de gente y llena de tiendas, no hay otra como "L'Aire de la Lozère" (salida 32). En esta área se tiene que hacer cola para poner gasolina, para tomarte un café y para ir al aseo. Mejor salir en un "village étape" y descansar del mundanal ruido...
Ya estamos en la región de Cantal. Paramos en el área de Garabit (km. 103), frente a una de las más bellas panorámicas del Macizo Central, para admirar el importante Viaduc. En esta área se puede visitar la Maison de Cantal. Fue en el año 1878 cuando Leon Boyer, ingeniero nacido en La Lozère, concibio el proyecto de atravesar el Mazizo Central tendiendo una línea ferroviaria Béziers-París. En este trazado había un "punto negro": una "gorge" profunda de 564 m. de ancho y 125 m. de altura, llamada Garabit. Boyer ideó un puente metálico, con un solo arco parabólico, capaz de soportar el peso de los trenes. La construcción de esta gran obra de ingeniería fué encomendada al joven ingeniero Gustave Eiffel, que ya era conocido por sus proyectos de estructuras metálicas. Se empezó en 1880. En 1882 empezaron a ponerse las torres metálicas. Se terminó en 1884. La experiencia adquirida en Garabit le permitió contruir, en 1889, la Torre Eiffel, su obra cumbre. Hoy en día, el Viaduc de Garabit es una obra de arte, visitada cada año por miles de personas.



Llegamos a Saint-Flour. Situada en la extremidad de una roca basáltica, domina desde su situación los grandes espacios de Cantal. Ciudad medieval, proclamada capital religiosa de l'Haute Auvergne en el año 1317 fue, eminentemente, una ciudad comercial, conocida en la edad media por sus importantes ferias. También fue llamada Ciudad de los Obispos. Entramos por la parte baja de la ciudad. Desde el Pont-Vieux, asentado sobre el río Ander, se puede admirar la parte alta, con las dos inmensas torres de la Catedral de San Pedro que se yerguen desafiantes como una inmensa fortaleza. La catedral gótica, asombrosa en simplicidad, está construida en basalto, piedra negra y dura producto de los volcanes. Un Cristo negro, único en Francia, se puede admirar en su interior.
Las reliquias de San Flour están guardadas celosamente en un sarcófago de bronce.
A su alrededor, numerosos edificios de estilo gótico de final de la Edad Media y de la edad de oro del Renacimiento dan testimonio de la importancia de esta ciudad. Esculturas de piedra basáltica coronan plazas y esquinas y uno no deja de admirar la riqueza de sus edificaciones y la cuidada preservación de calles y edificios.
Vale la pena ver esta ciudad de noche, ya que la acertada iluminación sumerge está ciudad medieval en un esplendor inusual.
Detras de la Oficina de Turismo, en la plaza de la Catedral, hay un mirador desde el cual se puede admirar el rio y toda la parte baja de la ciudad.
Hemos comido muy bien en un Hotel-Restaurante de la parte alta. En el comedor, las ventanas ofrecían una vista de vértigo hermosísima.
Como aún es pronto, decidimos coger la carretera D-921 que, con solo 30 km. nos va a llevar a Chaudes-Aigües, ciudad termal, a una altitud de 750 m., de nombre muy adecuado: Sus aguas manan a una temperatura de 82ºC, siendo las más calientes de Europa. La ciudad está situada en una inmensa y magnífica altiplanicie, de verde intenso, con muchos "mazucs" (granjas de altura donde se fabrican quesos) y dispone de la red de calefacción urbana más antigua del mundo (año 1.332). 36 fuentes se cuidan de canalizar el agua casi hirviendo para llegar a cada casa. Antaño la gente acudía a la Fuente de Par para lavar la ropa, hervir huevos, desplumar aves e, incluso, para lavar cerdos. Hay que destacar, también, las propiedades curativas de estas aguas, cuya reputación se remonta al principio de la era cristiana. En aquel entonces la villa se llamaba Calentes Aquae.
Visita obligada es el Museo de la Geotermia y del Termalismo. Es un museo, único en Francia, donde se muestra el origen de los cauces calientes y su posterior utilización.
Se está haciendo tarde y ya va siendo hora de llegar a nuestro destino. Volvemos a la D-921 para coger después la D-926 para llegar, a traves de los Montes de Cantal, a Murat, ciudad medieval construida en forma de anfiteatro al pié de tres rocas basálticas, testimonio de la actividad volcánica de esta zona. La ciudad, preservada hasta en sus más ínfimos detalles, conserva un patrimonio arquitectónico excepcional que le ha dado el nombre de "Puerta de Piedra de los Montes de Cantal".
Posée una total harmonía: las calles y las plazas fueron trazadas respectando las curvas y los niveles de una ciudad de montaña, y se utilizaron materiales del país lo que permitió una total y perfecta integración de la ciudad dentro del paisaje.
Rodeada de una naturaleza excepcional y situada dentro del Parque Regional de los Volcanes, Murat se caracteriza por sus tejados de laja, material tradicional de los tejados en los pueblos de montaña. Esta piedra se extrae de las rocas "tuilières". Hay que provar unas galletas, en forma de teja (tuilières), hechas de clara de huevo y almendra. Son típicas de esta región y... ¡son verdaderamente exquisitas!. Desde la plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra también la Oficina de Turismo, se puede ver, en lo más alto de una rocas basáltica, una Virgen gigantesca, con el niño en brazos. Por la noche una luz suave la ilumina. Como es un pueblo pequeñito, se puede visitar con luz de día e iluminado por la noche. La temperatura es magnífica pero, en los hoteles, ya tienen las piscinas tapadas y fuera de uso, dado el mal tiempo del mes de Agosto. No obstante, las saunas funcionan de maravilla.
Murat tiene un mercado tradicional semanal, de los productos del país, que vale la pena visitarlo.
Segundo día.- Murat - Puy-Mary, 23 km. (D-3)Puy-Mary - Salers, 20 km. (D-680)
Salers - Murat, 43 (D-680) (D-3)

Salimos de Murat por la D-3 dirección Puy-Mary. Estas carreteras comarcales son perfectas, parecen que estén terminadas de construir. Los árboles, a cada lado, da la sensación que estamos pasando por dentro de un tunel de vegetación.
Los valles se suceden uno tras otro con un paisaje muy parecido al de Suiza: Prados inmensos llenos de vacas pastando. Las vacas son muy importantes en esta región: ¡hasta en la carretera tienen preferencia!. Las vacas de la raza "Salers", muy común en esta zona, se distinguen por la mirada "dulce" que las caracteriza.
Hace un día con una lúz excepcional y el aire que respiramos es tan puro que sientes un extraño bienestar que no se puede comparar con nada.
El Puy-Mary es un lugar extraordinario, clasificado entre los Grandes Enclaves Nacionales Franceses. Tiene una calidad paisajística excepcional y una fauna y una flora de gran riqueza. Es un lugar único del Macizo de Cantal, que es el mas grande macizo volcánico de Europa, con sus 12 valles glaciares dispuestos en forma de estrella alrededor del Puy-Mary. Con una altura máxima de 1.857 m. esta majestuosa montaña , gracias a su situación estratégica en el centro del Parque Natural Regional de los Volcanes de Auvergne, ofrece un panorama inolvidable. Estamos en el Col du Pas de Peyrol, 1588 m.
Aquí encontramos una tienda de "souvenirs" y comida típica de la región. También venden pan. No obstante, un pan redondo mediano cuesta 5€ cuando, en cualquier pueblo, te cuesta menos de la mitad y también está hecho artesanalmente.




Hay muchos grupos de excursionistas preparados para subir a la cumbre. La ascensión, que es relativamente fácil, se puede hacer en 45 minutos y la vista, desde la cumbre, es excepcional. Hay una tabla de orientación con la señalización de todos los montes y cráteres que se pueden distinguir. Para subir se debe ir con botas de montaña y un buen jersey para el frío.
Volvemos a la carretera. Tomamos D-680, y llegamos a Salers, pueblo clasificado como uno de los más bonitos de Francia.




Salers es una de las maravillas de l'Auvergne, tanto por su situación como por el caracter arcaico de su villa alta. Sus vestigios le confieren el caracter esencial de una villa del siglo XV. Su iglesia, de estilo gótico, contiene obras de arte remarcables. Pasear por sus calles estrechas y admirar sus bien cuidadas mansiones es un regalo para los ojos y los sentidos. Hay flores por doquier. Todas las calles son antiquísimas. Se pueden ver casas con la inscripción del año que se edificaron: 1.703. Al final del pueblo hay unos jardines que, a modo de balcón, ofrecen un panorama magnífico del valle de la Barouze.
En Información y Turismo nos indican que, para ir a Tournemire, lo mejor es ir por carretera de montaña para poder contemplar toda la cadena de los montes de Cantal.
Salimos de Salers dirección Fontages, subimos el Col de St-Georges desde donde contemplamos unas vistas espléndidas. St.-Perfect-de-Salers también merece la pena una visita, pero nosotros no paramos. Desde que hemos salido de Murat, estamos siguiendo la Route de les Crêtes.


Llegamos a Tournemire. Un poco antes de llegar, cuando estamos en la parte alta de la carretera, se puede ver el Castillo d'Anjony con sus 4 torres redondas de defensa y con todo su esplendor. Se ve tan perfecto que parece que está recién construido. Os aconsejo hacer una foto desde aquí ya que, para aparcar el coche se debe ir hasta el final del pueblo (la entrada de arriba es sólo para residentes) y la carretera, al bajar un poco, hace que el castillo se pierda entre los árboles. Al final del pueblo se encuentra el aparcamiento para visitantes.
El pueblo, construido en el flanco de la montaña y dominando el valle de la Doire, está clasificado como uno de los pueblos más bellos de Francia. Este pueblo es importante por la belleza de sus edificaciones y, sobre todo, por su castillo que muestra el estilo de la arquitectura militar de l'Haute Auvergne del siglo XV. Este castillo es propiedad de la familia d'Anjony desde sus orígenes. El pueblo tiene una calle principal que finaliza en las puertas del castillo. Se puede visitar, aunque sólo en las horas que tienen establecida para la visita. El panorama sobre el valle es impresionante.



Después de comer y siempre por carreteras de montaña, llegamos a Lascelle y luego nos dirigimos a Vic-sur-Cere, en el corazón del valle de la Cère. Este hermoso pueblo, repleto de edificios preciosos que recuerdan su glorioso pasado. Es conocido desde la antigüedad por las virtudes curativas del agua de sus manantiales. Posée, en su parte antigua, casas señoriales como La Casa de los Príncipes de Mónaco, del siglo XV, la de Coffinhal y el antiguo Hôtel des Juges d'Appeaux. En la parte más alta del pueblo están las ruinas de un antiguo castillo desde donde se puede gozar de una impresionante vista sobre todo el valle de la Cère. Caminar por el paseo que hay al lado del río, en la parte baja del pueblo, es una experiencia muy agradable ya que está completamente cubierto de cesped y puedes caminar descalzo. El domingo hay mercado con una importante muestra de anticuarios de la región.
Ahora regresamos a Murat por la carretera general. Hemos quedado prendados de la hermosura de estos valles. Terminamos el día paseando de nuevo por las empinadas y encantadoras calles de Murat.

Tercer día.- Murat - Cheylade - Riom-es-Montagnes - Lac Roussillon - Castillo de Val -
La Bourboule: 129 km.

Salimos de Murat pronto y con un tiempo espléndido, como siempre. Tomamos la carretera D-3 dirección Riom-es-Montagnes. Encontramos un poco de niebla baja y el termómetro baja a 17,5ºC. La previsión del tiempo para Cantal es de buen tiempo, soleado y temperaturas altas. La carretera perfecta, como siempre. A pocos km. pasamos el desvío que va a Puy-Mary. Unos km. antes de llegar a nuestro destino tenemos que estar atentos. Al llegar a Pierrebesse, a la izquierda coger la D-62 que nos va a llevar a Cheylade donde se encuentra una original iglesia románica del siglo XI. Su iglesia esconde un interior extraordinario y único en Francia. Las bóvedas y los laterales de las naves se reconstruyeron en madera, revistiéndose con 1.428 pequeños artesones de roble. En el siglo XVIII, un pintor las decoró, una por una, sin repetirse una sola vez. Son motivos policromos que representan flores, escudos, ángeles, animales, etc. Vale la pena separarse un poco de la ruta para visitarla. Volver sobre nuestros pasos y continuar por la D-3 unos 11 km. más.
Llegamos a Riom-es-Montagnes, precioso pueblo de montaña cuidado hasta en sus más mínimos detalles. El Ayuntamiento es como un jardín de flores. Hay que visitar el "Espacio Avèze, Casa de la Genciana" La genziana es la flor de Cantal por excelencia. Esta planta tiene una raíz que puede llegar a medir más de 1 m de largo. Los "Gençanaires" (recolectores de genciana) utilizan un tipo de horca larga con dos puntas que, al hundirse en la tierra haciendo palanca con el mango, permite extraer la preciada raíz a partir de la cual se elabora un aperitivo local. En la Maison de la Gentiane se puede ver todo acerca de esta planta, desde la recogida hasta su fabricación. Se explican las propiedades que tiene y hay una visita comentada, con diapositivas y degustación, en la planta de embotellamiento.
Salimos del pueblo por la D-36 que lleva al lago de Roussillon. Situado a 950 m. de altitud, este lago tiene una superficie de 5 hectáreas de aguas cristalinas procedentes de los manantiales de los alrededores y ofrece un emplazamiento excepcional entre herberas y bosques.
Volvemos a la D-3 hasta llegar a otra carretera más ancha (D-922). Seguimos por ella hasta llegar a Borg-les-Orgues. El paseo al lado del rio es hermoso pero decidimos ir hacia Lanobre para ver el castillo que está en el lago. Seguimos el indicador que pone Ussel. Cruzamos el puente sobre la presa del embalse, después dirección Lanobre y... llegamos al Castillo de Val, fortificación de la edad media, que presenta la particularidad de estar inundado, en sus cimientos, por el agua de la presa de Bort-les-Orgues. Erguido sobre una isla rocosa de este lago de aguas cristalinas, el castillo de Val parece emerger majestuosamente de entre las aguas como si de un cuento de hadas se tratara. El tiempo es espléndido y el castillo se refleja en el agua dando la impresión de que lo que estamos viendo es algo irreal. Debe ser un lugar muy visitado dado la cantidad de plazas de aparcamiento que hay. Después de pasear un buen rato nos vamos con ganas de habernos quedado allí todo el día.
Ya estamos en La Bourboule, el destino de los próximos dos días. La Bourboule, a 850 m. de altitud, se extiende a lo largo de la Dordogne jalonada por una docena de puentes, algunos pintados de color de rosa. Esta ciudad ha sabido conservar la belleza de la "Belle Époque" mimando todos los edificios antiguos y haciéndolos resplandecer como si fueran recién construidos. Podemos admirar Les Grans Thermes, Le Casino, L'Eglise Saint-Joseph, etc. Esta estación termal debe su fama a la calidad de sus aguas y a la pureza del aire que aquí se respira. Está construida entorno a las fuentes y siguiendo los márgenes del Dordoña, en la base del macizo montañoso del Sancy.
El Parque Fenestre, en la parte alta de la ciudad, es un parque inmenso con unos árboles más que centenarios, unas glorietas románticas preciosas y una cantidad de pájaros que da la sensación de que estás muy lejos de cualquier zona habitada. El Casino y las Termas ponen el broche final a esta espléndida villa que nos ha cautivado desde el primer momento. Es un lugar recomendado tanto en verano como en invierno. En invierno esta ciudad se transforma en una estación de esquí de fondo muy concurrida. También es un lugar privilegiado para practicar bicicleta de montaña.
Después de cenar vamos a dar una vuelta por el Casino. Profusamente iluminado, dentro hay mucho ambiente. El restaurante también está muy animado y, en una bonita sala, un cantante hace las delicias de los aficionados al baile de salón.
Cuarto día: La Bourboule - Le-Mont-Doré - Puy-Sancy - Lac Chambon - Lac Pavin
(no pongo los kilómetros ya que todo está muy cerca)

Amanece un día espléndido. El termómetro marca, a las 8 de la mañana, 18ºC. Después de un buen desayuno nos dirigimos a Mont-Doré, a 6 km. de La Bourboule. Como son poco más de las 9 de la mañana, no tenemos ningún problema para dejar el coche. Mont-Doré es parecido a La Bourboule pero le falta el rio. Las Termas están inspiradas en la arquitectura romana y neo-bizantina. En su interior hay mosaicos y frescos excepcionales. Las columnas le confieren una decoración muy elegante. Fué un lugar muy concurrido por la aristocracia y la burguesía de finales del siglo XIX.
Subimos 3 km. para llegar al teleférico de Puy-Sancy. Puy-Sancy es el punto más alto del Macizo Central, 1886 m. Este macizo de marcado relieve, es fruto de una actividad frénetica de la corteza terrestre que ocurrió alrededor de 4,5 millones de años y 250.000 años atrás. Fué la mas colosal erupción que tuvo la Auvernia. Este enorme volcán se derrumbó y se elevó y las capas de piedra volcánica cubrieron una superficie de 100 km2. Su base está salpicada de lagos de crater.
El teleférico nos lleva hasta la cumbre después de una ascensión de 20 minutos(7 € subir y bajar). Hace un viaje cada 10' hasta las 17.30, con una parada de una hora entre las 12.30 y las 13.30. Al bajar del funicular la subida aún se prolonga por una escalera hecha de láminas de madera que nos lleva hasta la misma cima. En cada rellano de esta preciosa escalera hay unos letreros de lectura del paisaje que se está contemplando desde aquel punto. Presenta los volcanes que se pueden visualizar, la fauna y la flora.
El paisaje que se contempla desde la cumbre es magnífico. Hace un sol espléndido pero, encima de Clermond-Ferrand se puede contemplar un mar de nubes que hace que haya una diferencia abismal de la parte norte a la parte sur del macizo. Mientras que en una parte debe estar lloviendo, nosotros tenemos un sol de justicia. Parece que estemos viendo el paisaje desde un avión a gran altura. Al final son las hormigas voladoras (que han llegado a miles) las que nos hacen decidir bajar de la cumbre y volver al llano para coger el funicular que nos devolverá a la estación de salida.
Volvemos a Mont-Doré y tomamos dirección Besse. Subimos el Col de la Croix de Robert, por la D-36. Vistas espléndidas. A la izquierda divisamos el Lac Chambon. Es un lago normal, no de crater, pero muy hermoso. Está situado a 850 m. de altitud, en el valle de Chaudefour. Rodeado de árboles y cesped invita a tumbarse en sus orillas para refrescarse un poco del calor que está haciendo. Es un lago de recreo para nadar y pescar en pequeñas embarcaciones.
Volvemos a la carretera. Pasamos por Murol. No paramos, pero creo que nos hemos perdido un pueblo precioso. Encontramos el letrero que indica Lac de Pavin y que aconseja dejar el coche allí. Así lo hacemos pero, al cabo de caminar un buen trecho, volvemos a buscar el coche ya que nos damos cuenta que el lago está muy apartado y, en este tiempo, no hay turistas.
Aparcamos en una explanada inmensa llena de abetos, con mesas y bancos hechos con troncos de árboles para poder comer. Es una zona de "pic-nic" encantadora. Desde esta zona, el Lac Pavin apenas se puede ver, ya que la vegetación es muy espesa. Después de comer los bocadillos que llevávamos consigo, frescos y cómodos volvemos a la parte de abajo donde un letrero señala: "Lac Pavin. Comerces". Podemos dejar el coche sin ningún problema al lado del restaurante. No obstante, en pleno verano no hay que confiarse: debe de estar "a tope".
Después de andar unos pasos nos quedamos boquiabiertos: un crater de 900m. de diámetro, rodeado de abetos, y lleno a rebosar de aguas verdes, cristalinas, con una profundidad de 97 m. Cercado por el bosque y rodeado de una admósfera silenciosa, se puede comprender la infinidad de leyendas surgidas de su inquietante fondo. Hacemos fotos intentando plasmar el verdor intenso de estas profundas aguas, pero estoy segura que no lo habremos conseguido.
Dejamos este idílico lugar y volvemos sobre nuestros pasos hasta Besse. Visitamos el Bourg medieval. Se entra por la puerta de una enorme muralla muy bien preservada. Esta ciudad medieval mantiene aún vivo el recuerdo inquietante de una de las reinas más turbulentas de Francia: la reina Margot. Entre sus estrechas calles empedradas se puede ver su casa, la capilla, y alguna otra dependencia. Admirando sus edificaciones , sus plazas y sus fuentes, parece que el tiempo se hubiera detenido en este bello pueblo.
Volvemos a la D-36 para regresar a Mont-Doré. Pasamos por Le Verdier y Le Rocher de l'Aguila, paisajes espléndidos repletos de vacas pastando. Acabamos el ajetreado día sentados enmedio de la belleza y frescor del Parque Fenestre, rodeados de sequoias, dentro del mismo casco urbano de La Bourboule, nuestro destino de ayer y hoy.

Quinto día: La Bourboule - Saint-Nectaire, 43 km. (D-996)
Saint-Nectaire - Puy-de-Dôme - Orcival - Saint-Nectaire, aprox. 90 km. (D-5), (N-89), (D-941)
Pronto, por la mañana, dejamos La Bourboule para dirigirnos a Saint-Nectaire. Subimos el Col de la Croix Mourand con un tiempo espléndido. El "Meteo" de esta mañana en la TV ha puesto un sol enorme en toda esta zona. La carretera perfecta que bordea la montaña ofrece un paisaje precioso de volcanes y valles ininterrumpidamente. El paisaje es bucólico. Pasamos de nuevo por el Lac Chambon (esta vez por la N-996). En Le Marais hay un camping precioso al borde del lago. Pasamos por Murol y admiramos su precioso y antiguo "Chateau Fort" en lo alto de la montaña. Llegamos a Saint-Nectaire. Dejamos el equipaje en el hotel y enseguida nos vamos hacia Puy-de-Dôme, pasando de nuevo por Murol y hacemos una foto del castillo, pero no lo visitamos. A la salida del pueblo tomamos la D-5 dirección Clermond-Ferrand. La carretera está llena de granjas que ofrecen quesos con denominación de origen.


Después pasamos a la N-89 para terminar en la D-941. Llegamos al pie de Puy-de-Dôme. Nos paramos en la cabina y pagamos 4.50€, que es el precio para subir un coche con los pasajeros dentro. La subida es muy pronunciada y bastante larga (lo que pudieron apreciar los componentes del Tour de Francia cuando se creó una meta volante en esta cima) Al llegar a la cumbre (1.465 m.) el paisaje es espléndido. Se pueden llegar a visualizar más de 100 volcanes desde este lugar privilegiado. En un día despejado se puede llegar a ver el Mont Blanc que está situado a más de 400 km. de distancia. En la cima se pueden ver y visitar las ruinas del Templo de Mercurio. El Puy-de-Dôme fue un lugar de culto mayor en la antigüedad, desde cuya cima Mercurio, el dios alado, despegaba. También esta cima inquietó mucho, en la Edad Media: pensaban que las brujas celebraban allí sus aquelarres. Desde que el científico Guettard lo definió como un volcán, fascina a todos aquellos que solo veían en esta cumbre una montaña aislada.



La cumbre de Puy-de-Dôme es un lugar muy apreciado para los aficionados al ala delta y por los parapentistas. El paraje es espléndido y pueden despegar sea cual sea la dirección del viento, cosa única en Europa. Ofrece desniveles de 400 a 500 m.
Dejamos Puy-de-Dôme maravillados y, con un calor sofocante, nos dirigimos hacia Orcival. Lo primero que visitamos es la Basílica de Nôtre-Dame. Esta importante iglesia románica, antigua iglesia abacial benedictina, fue construida en el siglo XII por los monjes de la Abadia de la Chaise-Dieu.
Es una de las iglesias más bien conservadas de Francia. Alberga la única virgen románica de la región, esculpida en nogal y recubierta con láminas de plata. Cada 15 de Agosto, al mediodia, un rayo de sol ilumina su rostro. Esta antigua peregrinación de Orcival atrae, cada año, miles de fieles.
A pocos kilómetros podemos admirar las rocas Tuilière y Sanadoire, una delante de la otra, punto de partida de muchos excursionistas, ya que hay infinidad de bien señalizados recorridos para poder admirar toda la grandeza de estas montañas. Solo bajar unos metros descubrimos el Lac de Guery, en sus orillas nos refrescamos del calor que hemos pasado y nos relajamos admirando el paisaje.
Estamos ya en Saint-Nectaire. Después de aparcar el coche nos dirigimos a la Maison Saint-Nectaire, para que nos muestren como se elabora el queso con su denominación de origen. Están a punto de cerrar. La última visita para poder ver la elaboración era a las 5.30 (ahora son las 6). En la tienda que precede a la visita sólo se puede comprar queso y otros productos de la región.
Saint-Nectaire debe su fama a su gastronomía y al termalismo. Conserva unas termas neorenacentistas. También está la Gruta de Jonàs, que es una cueva habitada desde la prehistoria. Al salir vemos el indicador de "Las Fuentes Petrificadas", y allí nos dirigimos. Antes de llegar, siempre en la ciudad baja, encontramos un Centro de Thalasoterapia muy moderno. Los chorros de agua están, incluso, en el exterior, lo que hace las delicias de algún perro que se lo pasa "de miedo" refrescándose de las altas temperaturas que estamos padeciendo.
Pocos metros más abajo están las fuentes. Entramos. Nos dan un folio plastificado indicando las diferentes dependencias de que se compone la gruta. Sin guía, y después de pagar 4 € por persona, entramos y lo visitamos "a nuestro aire". Lo más interesante es que el agua que se filtra por la roca y cae a razón de 35 litros por minuto, es caliente (desde 10ºC hasta 50ºC) y muy rica en bicarbonatos y sales minerales. Imprescindible visitar el estudio de bajos relieves y esculturas. Las instalaciones de la Fuente tienen una altura de 14 m. Con el goteo incesante sobre las obras en calcárea por un periodo que va de 6 a 20 meses, al final del proceso da la impresión que se trata de esculturas y bajos relieves de marfil. Este trabajo artístico tan sofisticado, ha pasado de padres a hijos desde hace 7 generaciones. Vale la pena visitar este lugar. Es diferente e interesante.
Después de cenar subimos a Saint-Nectaire le Haut para ver la Iglesia. Esta bella iglesia se erige en un magnífico emplazamiento: un valle verde al pié del macizo de Sanzy. De modestas dimensiones, su perfecta armonía en proporciones le ha valido un lugar entre las iglesias más importantes. Está construida en antracita, piedra volcánica muy dura. El altar y los objetos que están expuestos en su interior son de gran valor.
El pueblo es muy pequeño. Algunas casas bastante antiguas, con jardín, y poca cosa más. Lo que más me llama la atención es la manera que tiene el Ayuntamiento de organizarse para las emergencias. En el tejado hay un altavoz enorme y al lado de la puerta de entrada, un letrero explica que: 1 sirena, se trata de un accidente. 2 sirenas, fuego en el pueblo. 3 sirenas, fuego en los alrededores. Me doy cuenta que estos pueblos, con medios menos sofisticados, a veces se organizan mejor que las grandes ciudades.Sexto día: Saint-Nectaire - Le Puy-en-Velay, 180 km. (D-996) (A-75) (N-102), 180 km.

El dueño del hotel que hemos estado se llama Reus de apellido. Le explico que debe tener antepasados catalanes. Nadie se lo había comentado antes.
Cogemos el coche y nos vamos por la D-996 hasta que encontramos en desvío de Saint-Floret (unos 15 km.). Desilusión. Aunque es uno de los "pueblos más bonitos de Francia", es la primera vez que no se han cumplido las expectativas. En una minúscula plaza, está la Iglesia, el Ayuntamiento y varias casas antiguas. El conjunto es bonito pero, tan pequeño que no podemos ni tomar una foto por falta de espacio.
Volvemos a la D-996 hasta Issoire. Aquí cogemos la A-75 dirección Brioude. Cuando encontremos un desvío de la autopista debemos vigilar: por un lado va a Saint-Fluor y por el otro Brioude y Puy-en-Velay. En la N-102, unos 5 km. después de pasar el desvío de Brioude, encontrareis un desvío para ir Vieille-Brioude. Si disponeis de tiempo, vale la pena disfrutar un rato en este hermoso pueblo.
Llegamos a Puy-en-Velay. Una vez acomodados en el Hotel, hay que calzarse zapatos cómodos, ya que las calles están todas "empedradas" y para ver bien la ciudad hay que andar bastante y todo son subidas, bajadas y muchas escaleras.
Empezaremos por ir a Información y Turismo, en la Place du Clauzel. Allí nos darán un folleto en español con los paseos turísticos recomendables para no perderse nada de esta maravillosa ciudad.
Le Puy-en-Velay es la ciudad más "occitana" de la Auvernia. El color de los tejados, la estrechez de las calles recuerdan, a cada momento, la vecina Italia. En época del Renacimiento ya era una ciudad próspera, por esta circunstancia los palacios y casas señoriales se prodigan por doquier. Es, sin lugar a dudas, uno de los emplazamientos más extraordinarios de Francia.
Dicen que, solo por ver esta ciudad, vale la pena viajar a Auvernia. Por la "Rue des Tables", y después de subir 134 peldaños, se llega a la Catedral de Notre-Dame, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Conserva, en su altar mayor, una Virgen Negra que fue un regalo del Rey Luís IX (San Luís) tras su vuelta de la última cruzada. Era una estátua de cedro que quizá provenía de Egipto. Dentro de la Catedral también puede verse la "Piedra de las Apariciones". Es una losa de piedra negra que, según la leyenda, si expresas un deseo y la tocas, posiblemente este deseo se haga realidad. Es una leyenda muy antigua del principio de nuestra era. Esta mesa volcánica tiene el nombre antiguo de "Pierre des Fièvres".
Esta ciudad parece más bien la obra inacabada de un arquitecto gigante. Enormes promontorios con estátuas en la cima parecen que marcan la fisonomía de esta bella ciudad. En el corazón del sector histórico, a solo unos pocos minutos andando del centro, la estátua monumental de "Notre-Dame de France", constituye una proeza técnica. Erigida en 1860, en lo alto de una enorme roca, fue creada con el metal fundido de 213 cañones ganados a los rusos en la guerra de Crimea y ofrecidos por Napoleón III para modelar esta imagen. Situado en la cumbre de Le Rocher Corneille, antigua ciutadela, mide 16 metros (22,70 metros con la base) y tiene un peso de 835 toneladas. La noche del 31 de Mayo, día de la Visitación, hay una procesión con antorchas hasta la cumbre del Rocher Corneille. El 14 de Agosto también se sube, en procesión, para honrar a la Virgen. La subida es muy agradable ya que la sombra de los árboles y el perfume de las flores hace que, sin darte cuenta, te encuentres a los pies de la hermosa virgen.
El Emperador Carlomagno y 13 Reyes de Francia vinieron de romería a Le Puy. La última visita real fue en 1533. François I vino a Le Puy tras la derrota de Pavía.
Un poco más a la izquierda, encaramada en una roca basáltica otra majestuosa y gigantesca edificación atrae la atención del visitante. Es "Saint-Michel d'Aiguilhe". En la cima de una chimenea de volcán, de 82 m. de altura, socavada por la erosión, se alza una capilla del siglo X. Desde el año 951 está erigida a Saint-Michel. En 1955, durante las obras de restauración, se descubrieron las piezas del tesoro, entre ellas un magnífico Cristo que parece ser de una escuela española del siglo X.





Cada año, alrededor de la segunda semana de Septiembre, La Puy-en-Velay se transporta de nuevo a la época renacentista y se renueva con una tradición popular: Las Fiestas Renaissance du Roi de l'Oiseau. Estas fiestas se crearon en el año 1986, aunque su origen se remonta a una tradición más antigua y reune a gentes de todas las procedencias. Hay desfiles, mercado medieval, espectáculos de calle y magníficos trajes. También se puede tentar a la suerte concursando para el título tan codiciado de Roi de l' Oiseau (Rey del Pájaro). Si podeis estar allí por estas fechas, estoy segura que será para todos vosotros una inolvidable experiencia.

Séptimo día: Le Puy-en-Velay - Barcelona, 528 km.

Nos levantamos pronto. Nos falta ir a Sant-Joseph-de-Bon-Espoir. Se encuentra a la salida de Puy-en-Velay, en Espaly. Vamos andando sin problemas, ya que el coche lo dejamos ayer en el parking subterráneo de la plaza Candelare, al lado del hotel, para que tuviera un buen merecido descanso. Pasamos por la parte alta del pueblo, antigua entrada real de la ciudad. Aún se puede ver una parte de una torre del siglo XIV. Esta torre fué medio destruida en 1850 para poder ensanchar la calle.
Llegamos a Saint-Joseph-de-Bon-Espoir. La primera visión que tenemos nos hace quedar boquiabiertos. Una enorme estátua de 22,40 m. de altura domina toda la parte alta de la basílica. Fue obra del hermano André Besqueut y su realización fué aprobada por el Papa Pío X. Su inauguración y su bendición tuvieron lugar el 11 de Abril de 1910. En su interior hay que visitar la capilla que está excavada en la roca, y un diorama consagrado a la vida de Saint-Joseph.
Ha llegado la hora de "volver a casa". Ha sido un viaje precioso. La Auvernia es un país de grandes espacios, de aire puro, de gentes encantadoras y donde.. ¡comer es una delicia! Auvernia es rica por sus paisajes únicos, por su pasado y por sus herencias. Nos ha faltado tiempo. Sólo hemos visitado una parte. Nos hemos dejado lugares tan bellos como l'Allier y gran parte de l'Haute-Loire. Volveremos en otra ocasión. Auvernia no solamente es un destino hermoso para un viaje sinó que es ... ¡inolvidable!
Si necesitais información complementaria, no dudeis en entrar en: http://www.franceguide.com/ Es la web de La Maison de la France y encontrareis infinidad de ideas y sugerencias para viajar con toda tranquilidad al país vecino.
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Como siempre, un abrazo y.... ¡que disfruteis con vuestros "Viajes en coche"!


Magda Navarro