jueves, septiembre 17, 2009

El encanto de l'Ardèche (el Sur)


El encanto de l'Ardèche (el Sur)


4º día.-

Después de desayunar nos vamos a la D-120 para irnos hacia St. Clément. Aunque está algo nublado, ya sabemos que terminará haciendo sol. Primero vamos dirección Agrève. Al llegar a La Chapelle, cogemos la D-247. Estamos pasando por el interior del Parque Natural Regional de los Montes d'Ardèche. La carretera es estrecha y con muchas curvas pero el paisaje es fantástico. No tengáis prisa, merece la pena saborear cada recodo de esta bella ruta. Solo tenemos que recorrer una distancia de 10 kilómetros. 
                           (Si haceis click sobre las fotos, las podeis ver tamaño pantalla)

St. Clément.-

St. Clément es un pueblo situado a 1.200m. de altitud, al borde del Macizo Central. Tiene la característica de que, a su alrededor, soplan todos los vientos. Tiene solamente 107 habitantes. Antes era un lugar muy poblado pero los jóvenes empezaron a irse a buscar trabajo en otros lugares. Después de una consulta con sus habitantes, decidieron instalar 2 molinos eólicos y, con las ganancias que producían estos molinos, habilitaron una granja y una forja abandonada para hacer un museo diferente a los convencionales y poder atraer al turismo. Al haber más turistas, también hubo más trabajo y esto motivó a los jóvenes a quedarse en el pueblo. Este espacio tan singular fue La Escuela del Viento y se inauguró el 2007.

L'École du Vent.-
Se trata de un recorrido lúdico e interactivo a través de los vientos, su formación y la correlación existente entre viento y paisaje. Una proyección de unos cinco minutos relata los intentos del hombre, desde tiempos remotos, para llegar a volar. Desde John Childs que, en 1757 intento volar desde el campanario de una iglesia de Boston, hasta Louis Bleriot que, en 1909 hizo la primera travesía del Canal de la Mancha. Con este video te das cuenta que la imaginación del hombre por volar no tenía límites....!

Puedes sentir el vértigo de volar apoyándote horizontalmente sobre unas alas y sintiendo como el suelo se mueve a tus pies.... Con diferentes cascos puedes interpretar sonidos que te llegan a través del viento. Varios juegos interactivos te indican el lugar ideal para edificar las casas según el viento dominante en la zona. Se pueden ver y tocar las diferentes clases de piedra que se usan para construir las casas a prueba de vientos. La piedra idónea en este lugar es la "lauze". Estas lozas pueden llegar a tener 1 m. de largo y pesar entre 150 y 200 kilos.

También puedes probar a soplar con fuerza sobre las palas de un pequeño molino hasta hacerlas girar. Ellas transmiten la energía suficiente para encender un máximo de tres bombillas.
Unos paneles con fotografías te enseñan la complicada anatomía que tienen los pájaros para poder volar. La naturaleza los ha dotado de huesos huecos y sus pulmones reciben un aporte continuo de oxígeno para así favorecer el vuelo.
En fin, es un lugar que merece la pena visitar. Se aprenden muchas cosas y disfrutan tanto los pequeños como los mayores. Al salir, tomaros algo de tiempo para hacer un pequeño recorrido por el pueblo y, sobre todo, para admirar las maravillosas vistas que se contemplan desde este lugar.
Durante Julio y Agosto abren todos los días de 10 a 12.30 y de 14 a 18.30.
Una buena noticia es que, a partir de 2010, la visita podrá efectuarse en español.

Salimos de St. Clement por la D-247 hasta llegar a un indicador que señala: Mont Jerbier de Jonc D-410. Es una carretera estrecha con vistas inigualables. Hay un cruce que lleva a Mont Mezenc. Seguir hasta encontrar el desvío de Gerbier de Jonc por la D-378. Unos metros antes de llegar a destino podréis ver, a la izquierda, una tienda instalada en una gran casa de piedra, típica del Ardèche. En realidad es una tienda de mermeladas de este lugar hechas por la misma dueña.


Se llama "Les Confitures de Nicole". Hay una exposición y venta de confituras hechas artesanalmente con frutas de la región.
Según la época del año las confituras cambian. Sólo se elaboran con la fruta madurada en el árbol y con la de mayor calidad. También es un pequeño restaurante que sirven bebidas, desayunos y comidas. Está tan cerca del destino donde vamos que casi se puede ir a pie.
Estamos envueltos de una naturaleza desbordante. Respirad este aire puro. Cuando volvamos a "casa" todo será diferente.

Mont Gerbier de Jonc.-

Ya estamos en el mítico lugar del Mont Gerbier de Jonc. Culminando a 1551 m. de altitud y con una antigüedad de 7 millones de años, este volcán, es más célebre de l’Ardèche, marca la línea de separación entre las aguas del Atlántico y del Mediterráneo y a sus pies nace el río Loira. Su nombre significa "monte rocoso".

Hace 12 millones de años l'Ardèche era un lugar con muchos volcanes en erupción. El Mont Gerbier es una de las más perfectas ilustraciones de esta naturaleza salvaje. Era un volcán cuya lava se solidificó al subir a la tierra. Esta lava volcánica también fue la artífice del Mont Mézenc, con su silueta piramidal que alcanza los 1754m. de altitud y de las rocas que quedaron a su alrededor. Estas rocas, convenientemente cortadas, se convirtieron en las “louzes” que hoy día se emplean para construir los tejados de las casas.

Para subir al Gerbier de Jonc, tenéis que ir provistos de calzado adecuado y algo de abrigo porqué la temperatura cambia con la altura. Si vais con niños vereis un letrero que aconseja no los dejeis de la mano. Puede ser peligroso porqué esta clase de piedra resbala mucho. Para llegar a la cumbre, se tarda alrededor de media hora y, una vez arriba, se divisan los Alpes, el Valle del Rhone y las Cevennes. Es una vista inolvidable.

Y ahora nos vamos dirección Pont del Diable. Tomaros este camino con calma, es un lugar precioso con una naturaleza desbordante. Aúnque no hay demasiados lugares habilitados para parar el coche y poder contemplar el paisaje, siempre vais a encontrar un lugar para disfrutar unos segundos de lo que vuestros ojos están viendo. Continuaís un poquito por la D-378 hasta llegar a la D-122. Al llegar a Sta. Eulalie, tomar la D-116. En Le Roux, la D-536 hasta llegar a Mayras. Allí encontrareia un desvío para ir a la carretera general N-102. Enseguida encontrareis Thueyts. Allí está el Pont del Diable.

El Pont del Diable.-

El Pont del Diable es un arco de piedra, hecho por el hombre que, saltándose las leyes de la gravedad, atraviesa l'Ardèche a la altura de Thueyts. Tiene 10 metros de altura y está jalonado de leyendas. Es espectácular y parada obligatoria para toda persona que visita esta región.

Si se dispone de tiempo y hace calor, un baño en el río bajo este puente, es como un sueño.
Nos vamos a Vals-les-Bains. El tiempo continua siendo estupendo: sol y calor durante el día y refrescando por las noches.

Salimos de Thueyts por la N-102 hasta llegar a Meyras. Allí cogemos la d-253 hasta llegar a:


Vals-les-Bains.-

Vals-les-Bains es una ciudad termal con 150 manantiales, rodeada de montañas, situada en un verde y frondoso valle, cuyas aguas se utilizan, en las termas, para baño, ducha, masajes. Son buenísimas para beber evitando, posiblemente, algunas enfermedades y mejorando la salud ya que poseen múltiples cualidades curativas. Hay personas que hace más de 40 años que van cada año a esta ciudad para "tomar las aguas".

Esta ciudad está repleta de hoteles, termas, parques y jardines. En un hermoso parque hay una fuente con un "geisser" llamado "Marie" que, cada 6 horas, proyecta sus aguas a más de 30 m. de altura. Pasear por el paseo siguiendo el curso del río Volane es muy relajante, sobre todo cerca de la puesta de sol.
Salimos de Vals-les-Bains por la D-578, dirección Aubenas, a sólo 5 km.

Aubenas .-Esta ciudad medieval situada en el centro de las principales atracciones turísticas, disfruta de un clima de influencia mediterránea. Es la capital del sur de l'Ardèche. Está situada en el corazón de l'Ardèche, en lo alto de una acantilado, con un castillo del siglo XVI dominando el río Ardèche y la vecina ciudad de Val-les-Bains.
La riqueza de su patrimonio y la elegancia de sus mansiones del siglo XVI hace que, pasear por sus calles y plazas sea una verdadera maravilla para la vista y los sentidos.


Hoy es sábado, día de mercado. Todo el centro está lleno de puestos de verduras y frutas de los agricultores de la comarca. Esta fruta, madurada en el árbol, tiene un sabor tan exquisito que no tiene nada que ver con la que compramos en nuestros super-mercados. También los artesanos de los productos del cerdo tienen sus "paraditas". Se puede encontrar toda clase de ropa, zapatos, bolsos, utensilios de cocina, etc. Es un mercado lleno de colorido y al que asiste toda la comarca: unos para vender, otros para comprar.
Al salir de Aubenas, iremos a visitar 4 pueblos "de carácter", algunos de ellos también catalogados como “los más bonitos de Francia
Salimos por la D-104, dirección Vogüe. En St. Etienne, cambiar de carretera y coger la D-579. Sólo tenemos que conducir 10 km.

Vogüe.-

Ya hemos llegado a este bellísimo pueblo que parece estar incrustado en la misma montaña, justo encima del río Ardèche. El castillo, con cuatro torres imponentes, pertenece a la familia Vogüe desde su construcción en el siglo XV. Está clasificado como monumento histórico privado. En el siglo XVII se reconstruyó y se añadieron ventanas en forma de "ojo de buey", balcones y jardines colgantes. La puerta grande de la fachada norte se abre sobre un parque. En 1629 este castillo tuvo como inquilino a Luís XIII.
Pasear por sus calles estrechas y admirar sus casas y sus arcos de piedra, es una experiencia única. El puente sobre el río merece una buena foto de recuerdo.
Tomamos la D-579 de nuevo y nos dirigimos a Balazuc. Menos de 10 km.

Balazuc.-

Balazuc es otro pueblo "de carácter" clasificado, también, como uno de los "pueblos más bonitos de Francia". Encaramado sobre l'Ardèche, sólo puede visitarse a pié. No obstante, esto no es un problema: todos los pueblos de l'Ardèche disponen de parking gratuito para poder dejar el coche.
Sus calles empinadísimas y sus arcadas sombreadas parecen suspenderse sobre el precipicio.
Los primeros personajes que vivieron en este hermoso pueblo fueron Gerad y Pons de Balazuc (este último participó en la primera cruzada de 1906 en calidad de cronista).
Su rico patrimonio, cuidadosamente conservado, permite hoy en día admirar la antigua iglesia romana, con arcos de piedra en el campanario y con unos muros de 1.35 m. de grosor. Las antiguas murallas que rodean el castillo, con una torre del siglo XII y muchas edificaciones antiguas y casas señoriales están muy bien conservadas. El castillo data del siglo X. En él hay una torre llamada de los prisioneros, que también es del siglo X.


Para subir al castillo hay una pequeña escalera de piedra que lleva hasta la torre desde donde puede verse la inmensa playa del río con el hermoso puente y el río salpicado de canoas. Esta hermosa vista quedará grabada durante mucho tiempo en vuestra memoria.

Para los aficionados al deporte, el club náutico de Balazuc propone la visita a los pueblos medievales con canoe-kayak, a lo largo del río.
Salimos de Balazuc dirección Labeaume. Coger la D-579 hasta Ruoms. Si disponéis de tiempo, quedaros unos minutos para admirar este bonito pueblo.

Ruoms.-

En el alba de la prehistoria ya se había formado una comunidad en este lugar. Cerca del año 1.000 un rico propietario hizo donación del lugar llamado "Ruoms" a la Abadía de Cluny como ofrenda para expiación de sus culpas. Esta pequeña capilla aún se puede ver (Notre -Dame des Pommiers). A finales del siglo XII fue construida la Iglesia de St. Pierre. Todo el pueblo, delimitado por las murallas con casas construidas en sus mismos muros, respira un aire medieval fascinante.
Ahora, con sólo cruzar el río, os encontrareis con Labeaume.

Labeaume.-
Este pueblo, también catalogado "de carácter", es diferente de los otros. Se encuentra en la ribera del río Beaume y rodeado de acantilados que en la antigüedad fueron cuevas trogloditas. Sus calles estrechas, todas con arco de piedra, son un verdadero laberinto y sus ruinas antiquísimas se desploman sobre la vertiente del río. Su castillo, edificado sobre la roca, parece ser el vigía que lo protege de cualquier invasión. Y, si os fijáis, aún pueden verse ruinas de otros dos castillos más antiguos. El pueblo, con su paisaje árido, casi lunar, está sumergido en un oasis de paz y tranquilidad. Más abajo, la playa que da al río al abrigo de los acantilados, sirve de marco para los festivales de música que se celebran cada verano.

Y ahora nos vamos a Joyeuse para ver el Musée de la Chataignerai.

Musée de la Châtaignerai.-

Este museo no tiene pérdida. Está instalado al lado mismo de la Iglesia de Joyeuse, en un hermoso edificio que fue el antiguo colegio de los oradores y data del siglo XVII. Este museo rinde homenaje al árbol que ha sido la base de la economía familiar de los agricultores de l'Ardèche: El Castaño.

A través de una importante colección de utensilios antiguos se puede seguir la evolución de los procedimientos utilizados para el cultivo y la recogida de la castaña, desde las técnicas tradicionales hasta llegar a nuestros días. Antes las castañas se recogían con las manos y del suelo donde se encontraban al caer del árbol. Hoy en día se extiende una red, se hacen caer sobre la red y luego se recoge. Es mucho más rápido y cómodo. La cosecha de castañas se recolecta desde finales de Septiembre hasta mediados de Diciembre. El castaño se desarrolla en tierras con una altitud de entre 350 y 750 m. sobre el nivel del mar.

También te explica como es la vida de un castaño. Florece en Junio-Julio. El castaño es estéril: el polen de un árbol sólo puede fecundar las flores de otro árbol. La polinización se lleva a cabo a través de las abejas y del viento. En otro tiempo las colmenas se instalaban en el mismo tronco del castaño.

Aparte de mucha más información explicada con gráficos, se puede ver una exposición hecha toda con madera de castaño. Aparte, se pueden contemplar la cantidad de objetos que se pueden llegar a elaborar a partir de la madera de este árbol. Podemos ver muebles, zuecos, toneles, figuras, esculturas, apliques, etc.

Este museo es un lugar entrañable. Se aprende mucho y todo es muy interesante.

Al salir continuamos por la D-104 hasta Le Vans. Aquí cerca se encuentra el Bosque de Paîolive. Sólo tenéis que ir por la D-90 unos poquísimos kilómetros

Le Bois de Pâiolive.-

El Bosque de Pâiolive es una de las más raras curiosidades naturales del Sur de l’Ardèche. En una extensión de 16 km. podrás ver un verdadero laberinto de encinas blancas y verdes, matorrales y, sobre todo, rocas petrificadas cortadas y erosionadas por el viento, el sol y la lluvia como si fueran esculturas encantadas. Tu imaginación llegará a ver un pájaro en su nido, un oso o, tal vez, un león. Quizá podrás ver una gran tortuga.
Hay tres senderos diferentes para poder visitar el parque. El de la “Corniche” que está señalizado en color naranja y es de aproximadamente una hora. El de la “Vierge”, señalizado en verde, que también es de una hora y, el último, para los más audaces, que se tarda 2 horas y se ve mucha extensión del parque. Se llama de St. Eugène y está señalizado en azul.

Nuestro destino final de hoy es Naves y hacia allí nos vamos corriendo por la D-901. Pasamos Les Vans pero no tenemos tiempo de contemplar este hermoso pueblo medieval… ¡Otra vez será!

Naves.- 

Este pueblo está construido en un cuadro excepcional: En medio de olivos y sobre un contrafuerte rocoso de las montañas de las Cévennes. En la Edad Media Naves fue una circunscripción señorial donde había una Corte de Justicia. Su castillo personificaba su poder real.

Naves conoció sus momentos de gloria en el siglo XIV, con el desarrollo de la cría de gusanos de seda. La transformación del gusano en capullo de seda, elevó el árbol de la morera al rango de indispensable. El cultivo de la morera para engordar los gusanos de seda fue tan importante que llegó a dejar a un lado el árbol de la castaña durante muchos años. El hilo de seda se vendía caro y permitía comprar cereales de buena calidad para la alimentación cotidiana. La seda daba beneficios netos. Los grandes criadores de gusanos de seda llegaron a amasar grandes fortunas.


En Naves, muchas de las casas que se construyeron en aquel tiempo, eran de comerciantes que se dedicaban a la producción del hilo de seda. Ambas culturas, la del castaño y la de la seda caminaron siempre juntas. En 1720 l’Ardèche era el centro principal de la producción de seda del Midi de Francia. En 1850, l’Ardèche produjo 3.500 toneladas de capullos. Esta producción se vio interrumpida de repente con la llegada de una enfermedad que atacó los capullos de seda.

Unos años antes de la 2ª Guerra Mundial, este pueblo quedó prácticamente abandonado. Los “hippies” que vivían en l’Ardèche alrededor de 1960 fueron los que han ido reconstruyendo esta joya de la Edad Media.

Naves ha sabido conservar una belleza austera, con sus calles estrechas con pórticos de piedra y sus pequeños pasajes particulares elevados que permite a las casas feudales, a la altura del primer piso, pasar de una calle a otra sin tener que salir fuera. Las ruinas del su castillo del siglo XII aún se pueden visitar. La iglesia romana, erigida en el siglo XII y restaurada en el siglo XVII es una verdadera joya. Su campanario es muy hermoso, sobre todo a primera hora de la mañana cuando el sol se levanta detrás de sus muros de grés .


Naves es un pueblo muy pequeño y la gente que lo habita hoy en día es de lo más variada. Hay alemanes, americanos, algunos han llegado de la Europa del Este pero, todos viven unidos, felices, con ganas de dar a este bello rincón una vida nueva surgida de su juventud y de sus ganas de vivir.

No dejéis este hermoso pueblo sin antes visitar la Galería de Arte Contemporáneo que Mme. Fanou Montel tiene en La Seigneurie de Naves.

Podréis admirar una obra importante con un estilo muy propio y en un marco inigualable. Estoy segura que os va a gustar. La Galería está casi a la entrada del pueblo, en la calle que sube a la derecha. La entrada es libre.

6º día.- 
Salimos pronto de Naves por la carretera D-901, dirección St. Paul-le-jeune. Aquí tomar la dirección de Barjac. En Barjac empiezan las indicaciones que nos van a llevar a l’Aven d’Orgnac en 10 km.

L'aven d'Orgnac.-
 

L’Aven d’Orgnac es una de las más grandes cavernas que se pueden visitar en Europa. Posée una excepcional profusión de cristalizaciones a lo largo de 3 hectáreas. Esta clasificada como Patrimonio Mundial por la Unesco desde el año 2004.
l’Aven d’Orgnac no es una cueva, es un aven. La diferencia radica en que, una cueva la entrada es horizontal y servía para guarecerse y, prácticamente, vivir en ella.
Un aven es un lugar con una entrada vertical. O sea, que hay que descender para poder entrar en el lugar.
Al visitarla se puede observar una chimenea en el techo, única entrada natural de la cavidad, a través de la cual fue descubierta por un equipo de espeleólogos dirigidos por Robert de Joly, el 19 de Agosto de 1935. Los lugareños, que conocían el lugar desde tiempos inmemoriales pero que nunca se habían atrevido a bajar, le guiaron hasta la entrada. La entrada vertical de 50 m. dió lugar al nombre de “aven” (sima) e impidió que la cueva fuera ocupada durante la prehistoria.
El montículo esta formado por restos naturales que cayeron en otra época desde el exterior. Se encontraron abundantes osamentas de animales, arrojados hace mucho tiempo por los campesinos. Otros correspondían a animales que cayeron accidentalmente.
La visita dura una hora (nosotros estuvimos dentro una hora y veinte minutos).
Hay que llevar consigo ropa de abrigo porqué la temperatura en el interior es de 11ºC. Se baja a una profundidad de 121 m. mediante escaleras con 7 paradas en unas plataformas habilitadas para poder escuchar las explicaciones del guía. En cada parada el guía ilumina la parte a visitar y, de verdad, te quedas extasiado. Cuando llegamos a la 7ª parada, que es el punto más bajo de la parte turística, estamos al nivel de la excavación original de este aven. El guía te enfoca una ánfora dorada que está entre nuevas y extrañas formas de cristalizaciones. En esta ánfora están las cenizas de Robert de Joly. Era tan grande el amor por este lugar que su última voluntad fue que sus cenizas fueran depositadas entre sus amadas stalactitas y estalacmitas.

Acto seguido, aparte de la explicación del guía, que es una persona que lo explica con gran conocimiento y con una buena dosis de humor, se apagan las luces y comienza un espectáculo de luz y sonido que te emociona hasta dejarte sin habla. La subida a la superficie se efectúa mediante un ascensor en pocos segundos.
Con la misma entrada podéis visitar el Museo Regional de la Prehistoria, que permite continuar este viaje al corazón de la prehistoria. Este museo se encuentra delante de la salida.

Ahora nos vamos hacia las Gorges de l'Ardèche. Cogemos la D-979 para cambiar, a los pocos kilómetros a la D-579 hasta llegar a :

Vallon-Pont-d'Arc.-

La impresionante naturaleza y la impetuosidad de l'Ardèche ha forjado grandiosos paisajes en la roca calcárea. Esta fuerza culmina con este maravilloso arco natural de 36 m. de ancho y 66 . de altura que se yergue, altivo, abrazando las 2 orillas de l'Ardèche. Es una perfección geológica que nuestros antepasados del paleolítico ya admiraban.


Hace 100 millones de años, esta región era un mar profundo alrededor de una isla que era el Macizo Central. Hace 2 millones de años que las aguas se infiltraron y formaron cavidades subterráneas. Las Gorges de l'Ardèche es uno de los lugares de Europa más ricos en "avens" y grutas. Las Gorges de l'Ardèche y Vallon-Pont- d'Arc son declaradas Reserva Natural desde el año 1980. Aquí los amantes del canoe-kayak tienen su paraiso. Hay numerosas escuelas a lo largo del rio. A las personas que les gusta hacer camping, no hay lugar mejor. Los campings se suceden uno tras otro a lo largo del rio.
Continuamos por las gorges, parando muchas veces para admirar el maravilloso paisaje. Llegamos a:

St-Martin-d'Ardèche.-

 Este también es un bonito pueblo medieval. Lo más representativo es este maravilloso puente colgante que cruza l'Ardèche. Aquí también hay escuela de monitores de canoe-kayak. Este año 2009, exactamente el día 7 de Noviembre, se celebra la 25º Marathon International des Gorges de l'Ardèche. Será un descenso de leyenda a través de 35 km. ¡Los amantes de este deporte no se lo pueden perder!

Sólo cruzar el rio y nos encontramos con el último pueblo que visitaremos

Aiguèze.-

Antes de pasar el puente, si levantais la vista vereis, en lo alto de una inmensa roca la silueta de un castillo medieval rodeado de banderas y estandartes. Es el bello pueblo de Aiguèze. Este pueblo parece desafiar las leyes de la gravedad y queda suspendido sobre el rio como si fuera una joya engarzada en la roca. Es de origen medieval.

Se pueden ver casas perfectamente conservadas y una preciosa iglesia. Detrás de la iglesia, al lado del castillo, un sendero bordea el rio ofreciendo una panorámica inigualable.

Aquí nos despedimos de l'Ardèche. Como habeis podido comprobar a traves de este "blog", el Norte es un lugar ideal para los excursionistas, los amantes de los grandes espacios... El Sur, lleno de pueblos emblemáticos, es idóneo para visitas culturales y deleitarse volviendo, aúnque sea solo por unos días, a la Edad Media. Les Gorges, el paraiso para los aficionados al camping y, sobre todo, para navegar con canoe-kayak.
L'Ardèche es un lugar mítico, espectacular, salvaje, grandioso, mágico, diferente que... ¡te va a encantar!

Mi agradecimiento a Ardèche Tourisme, Service de Presse de Privás, por su valiosísima colaboración en la realización de este "blog".

A todos vosotros, amigos incondicionales que me leéis, un abrazo muy fuerte y...¡hasta muy pronto!

Magda Navarro




















martes, septiembre 15, 2009

El encanto de l'Ardèche (el Norte)


El encanto de l'Ardeche 
                                                           (el Norte)



L'Ardèche es una región de Francia poco conocida en nuestro país. Esta antigua provincia del Vivarais, forma parte de la región Rhone-Alpes. Está situado al Sur-Este de Francia, entre las Cevennes y el Macizo Central, en la margen derecha del Ródano. Es una región eminentemente agrícola con grandes extensiones de viñedos (varios vinos con apelación de origen) y preciosos bosques de castaños. Produce el 65% de las castañas que se recolectan en Francia. La castaña de l'Ardèche tiene apelación de origen controlada.

Si hacéis "click" en las fotos, las podréis ver tamaño pantalla.

Por su situación, el clima es benigno y soleado durante todo el año. Toda la región está salpicada de pequeños pueblos "de carácter". Algunos de ellos están clasificados como "los pueblos más bellos de Francia". L'Ardèche cuenta con más de 300 pueblos con sus propias historias y tesoros: más de 100 iglesias y castillos cuya primera piedra se erigió en la edad media.
Es un lugar de paisajes impresionantes como el Mont Gerbier de Jonc (donde nace el río Loira), el Bosque de Païolive, también llamado "El bosque de las hadas", o Pont d'Arc, dentro de las Gorges de l'Ardèche, un paraíso para los amantes de la modalidad de deporte canoe-kayak.

Debido a que hace millones de años esta región debió ser un "festival pirotécnico", existen muchas cuevas y grutas trogloditas. Merecen especial mención la de La Madeleine, la de Chauvet o l' Aven d'Orgnac, esta última clasificada como patrimonio del mundo por la Unesco.

El Parque Natural Regional de los Montes d'Ardèche ocupa buena parte del territorio. Este parque se creó el 9 de Abril de 2001. Tiene una extensión de 180.000 hectáreas. Nació gracias a la iniciativa de los agricultores castañeros de la zona a fin de preservar su territorio y valorizar su patrimonio. Este Parque Natural concentra todo el carácter de la vida rural de sus gentes, una identidad fuertemente marcada por el vulcanismo, un patrimonio arquitectónico rural muy importante y un valor paisajista reconocido a nivel mundial. Entre volcanes y valles, los Montes d'Ardèche es una tierra de acogida y de reencuentros. Abarca la región montañosa de Rhone-Alpes, el Macizo Central y sus volcanes.


Este viaje lo hicimos la primera semana de Septiembre de 2009. Pensábamos, antes de salir de Barcelona, que nos haría mal tiempo: así lo pronosticaba "le méteo" por internet. Pero no se debe nunca hacer caso de los malos presagios. Disfrutamos de un tiempo maravilloso.
A continuación voy a contaros nuestras impresiones y todo lo que vimos y disfrutamos durante los siete días que estuvimos en este magnífico lugar, donde las personas, conscientes de ser depositarias de un patrimonio inestimable y, a la vez, frágil que tienen que preservar, son tan auténticas, acogedoras, sencillas y amables que da la sensación que formas parte de su cultura y de su territorio nada más llegar.

Viaje de ída.-

Salimos a las 7.30. Peaje: 1.36€ + 11.65€ hasta llegar a la Jonquera. Acordaos de llenar el depósito de gasolina antes de cruzar la frontera. En Francia la pagareis más cara. Este mes de Septiembre estaba entre 1.29 y 1.45€. Acordaos también de descansar cada 2 horas. El viaje se os hará más cómodo y vuestra salud os lo agradecerá.

Cogemos la A-9. En la salida 38 está el desvío para ir a la Abadía de Fontfroide mientras que, a la derecha, estamos pasando por los Etang, en Port-Leucate. No dejéis de contemplarlos desde el coche. Por la mañana brillan cual espejos. Enseguida llega el desvío a Carcassonne. Olvidaros de él. Vosotros tenéis que seguir por la a-9. Antes de llegar a Montpellier, en St-Jean-de-Vedas, peaje:15.30€.

Nos acercamos a Nïmes. Aquí está el desvío que va a Marsella. Para continuar por la A-9 se tiene que salir y volver a entrar. Estar atentos a las indicaciones. Está todo muy bien señalizado. Aquí cogemos el ticket. Entre la salida 22 y la 21 atravesamos el Rhone. Estamos en Orange.Vigilad las indicaciones. Debemos coger la autopista A-7 dirección Lyon.

Cerca del km. 159, a la derecha, está el área de descanso de Mornas-les-Adrets. Aprovechad para hacer un pequeño descanso y admirar la fortaleza. Es impresionante.

Salimos de la A-7 en Tournon/Rhone y cogemos la D-86 hasta Andance. Luego la D-82 hasta St-Etienne-de-Valoux. Para ir hasta Thorrenc, que es el lugar donde hemos decidido pasar la noche, hay letreros sólo llegar al pueblo que lo indican. Son 3 km. de una carretera estrecha y arbolada que serpentea al lado de la montaña.

Thorrenc.-

Thorrenc es un enclave medieval, de una ocho casas, 12 habitantes censados, situado en una hondonada, rodeado de montañas, con un acueducto en lo alto por donde pasaba el ferrocarril.

Hace 19 años que sus vías vieron pasar el último tren. Ahora este acueducto forma parte de la fisionomía del pueblo. Thorrenc es el sitio más tranquilo y silencioso que he conocido. Para los amantes de los ambientes rurales no hay lugar mejor.


Hay un Auberge, un Ayuntamiento que abre dos veces a la semana, una iglesia y un castillo en ruinas, muchas higueras, mucha vegetación y tranquilidad a tope. Para poder llamar con el móvil, hay que subir a las ruinas del castillo. Una vez allí, ir moviéndose a un lado y a otro hasta encontrar el lugar idóneo. En el resto del pueblo no hay cobertura.


2º día.- Hoy nos dirigimos hacia St. Clément, para ver un museo muy especial y que nos han recomendado fervientemente. Sólo está a 6 km. de nuestro lugar de partida.

Musée de l'Alambique.-

Este Museo, que pertenece a la familia Gauthier, relata la historia de un pasado, ya desaparecido: El de los cosecheros destiladores de vino y de los destiladores ambulantes.
En una superficie de 1.400 m2 y en 30 espacios diferentes, podréis admirar 65 personajes de cera, tan parecidos a la realidad que, en algún momento pensareis que son personas vivas. Estos espacios recrean momentos de la vida diaria rural, tal y como se vivía en aquel entonces.
Los jóvenes, y los no tan jóvenes, podrán ver como vivían sus abuelos, las inclemencias del tiempo, y los medios más que rudimentarios de que disponían para hacer las cosas.

Al momento de entrar, os va a recibir un personaje/robot (también de cera) que mueve todos los músculos de la cara, gira la mirada a todos lados y... hasta os va a guiñar el ojo!! El se cuida de explicar toda la historia de la destilería para, después, ir pasando por diferentes estancias, completamente ambientadas, para ver diferentes momentos del proceso de destilación de vino y licores de la Destilería Jean Gauthier, a partir de diferentes frutas y su posterior embotellamiento en alambiques. La colección de utensilios de cobre es magnífica y proviene de todos los rincones de Francia.
A la salida se encuentra la tienda con una exposición de todos los licores que ofrece la destilería, sobre todo sus dos especialidades más preciadas: el aguardiente de Pera Williams y el Licor de Castaña. Podréis degustar estas y otras especialidades como el licor de cereza, de frambuesa... y otras más exóticas como el de mandarina, manzana verde, limón, etc.
No podéis perderos esta visita. Es sumamente interesante y ...¡gratuita!
Cambiamos completamente de tema y ahora nos dirigimos Safari-Park de Peaugres, a solo unos pocos kilómetros.

Safari-Park de Peaugres.-

Este magnífico Parque fue creado en 1974. Tiene una extensión de 80 hectáreas, todas dentro de un enorme bosque, donde los animales pueden vivir a sus anchas. Hay más de 900 animales pertenecientes a 120 especies diferentes. Este parque tiene la particularidad de ofrecer al visitante 2 parques en uno:

El primero se visita con el coche propio a través de unos caminos señalizados y con la prohibición absoluta de no abrir ni puertas ni ventanas. Podemos ver a los animales sin ninguna separación entre ellos y nosotros. Es una experiencia única. La otra parte del parque se visita a pie, como un Zoo convencional, pero dentro del bosque. Los animales tienen mucho espacio y casi puede decirse que están en libertad.


Los leones, gracias a un pasadizo de cristal, se pueden ver a pocos centímetros. Hay un terrario para serpientes, en un espacio cerrado, donde también hay un laberinto. A la entrada de la visita a pié, hay una pequeña sala donde se proyecta un interesante documental sobre el parque. Justo pasar las cabinas de pago (18€ adultos), hay un espacio de picnic. Es muy aconsejable llevarse la comida ya que la visita puede durar varias horas. También hay un restaurante de comida rápida. Durante todo 2009, la entrada será gratuita para las personas que visiten el parque el día de su cumpleaños (hay que enseñar el DNI).

Al comprar las entradas os darán un folleto con las horas que está previsto dar la comida a diferentes animales por si os gusta estar allí en aquel momento. El parque abre de 10 a 16 para visitas en coche y hasta las 17 para visitas a pie. Es un lugar no sólo para pequeños ¡los adultos también disfrutamos mucho!

Al salir aún nos va a quedar tiempo para visitar una de las ciudades más industriales, animadas y prósperas del norte de l'Ardèche: Annonay

Annonay.-


Esta ciudad se construyó, al igual que Roma, entre siete colinas y aún conserva huellas de un pasado cargado de historia.
En la Edad Media estaba en el camino de las grandes peregrinaciones. Ciudad hospitalaria y religiosa, fué lugar de encuentro y de intercambios comerciales entre l'Auvernia y el Valle del Rhone.
A partir del siglo XVII su vocación industrial le llevo a ser la pionera en el comercio del cuero y, sobre todo, del papel. El 4 de Junio de 1783, los hermanos Joseph-Michel y Jacques-Etienne Montgolfier, descendientes de una familia de 16 hermanos que se dedicaba al papel desde el año 1692, se reunieron en el mercado de esta ciudad para hacer volar el primer globo de la historia: un Montgolfière. Estaba hecho de tela y papel y tenía 10 m. de diámetro.
Desde el año 2002 esta ciudad está clasificada como Lugar Histórico de la Aerostática y el primer fin de semana de Junio celebra la efeméride elevando gran cantidad de globos aerostáticos. En Annonay, Ardèche-Montgolfière organiza vuelos en globo aerostático (duración mínima una hora) y el precio oscila entre 210€ y 220€ con pastel ardéchoise y cava.

Lo más importante de la visita es la ciudad vieja. En la Plaza des Cordelieres está la Oficina de Turismo. Allí os darán una pequeña guía impresa de 4 hojas con la que podreis ver toda la parte antigua sin problemas. Sobre todo hay que subir hasta el castillo. La vista de la ciudad desde este punto es inigualable. En el año 1786 nació en esta ciudad Marc Seguin, inventor de los puentes colgantes y de la caldera a vapor, cuyo invento permitió el desarrollo mundial de la industria ferroviaria. Marc Seguin era sobrino pequeño de los hermanos Montgolfier.
En 2001 se filmó aquí "El hombre del tren", la película de Patrice Lecomte premiada en varios festivales.
Para los amantes del golf, aquí cerca está el Golf de Saint-Clair. También hay un lujoso Hotel-Restaurante con todas las comodidades.

3er. día.-

Hoy tenemos programado visitar la ciudad de Tournon/Rhone. Se puede ir por autopista o por carretera general. Si no tenéis prisa, os recomiendo ir por la nacional D-82, para seguir por la N-86. No es tan rápido pero el paisaje es espléndido. Calculad 45 minutos. Si hay mucha circulación, una hora.

Tournon sur Rhone.-

Situada en la confluencia de los valles del Doux y del Rhone, Tournon es una ciudad repleta de casas históricas y calles pintorescas. En la actualidad tiene 11.000 habitantes. Fue fundada por los romanos que se instalaron aquí para poder vigilar, desde un lugar privilegiado, todo el Valle del Rhone. Inicialmente tenía 12 torres de vigilancia. De aquí le viene el nombre de Tournon, que significa "torre". Actualmente, sólo quedan dos y, en lo alto de una de ellas, está la imagen de la virgen.

Tournon tiene un castillo medieval edificado en el año 1332, en el que murió el hijo de Francisco I. Fué propiedad de los señores de Tournon y pasó, por herencia, a la familia Rohan. Desde el año 1809 es propiedad del Municipio y, hoy en día, alberga el Museo del Rhone.
En esta ciudad, el ingeniero Marc Seguin, inventor de la caldera a vapor, construyó, ayudado por sus cuatro hermanos, el primer puente colgante del mundo hecho con cuerda tubular de hierro.

Desgraciadamente, este maravilloso puente sobre el Rhone se destruyó, en 1965, para favorecer la navegación fluvial. Este que se puede ver en la foto se construyó en el año 1849, y es parecido al original.
En esta ciudad ofrece la posibilidad de poder hacer un viaje en tren con locomotora a vapor tipo Mallet. Se trata del "Petit train du Vivarais" Esta línea fue construida entre los años 1886 y 1891, entre l'Ardèche y el Alto Loira. Esta línea, enteramente privada, atraviesa Tournon por un tunel y cruza un puente de hierro sobre el Doux. Pasa por las Gorges du Doux y por muchos lugares encantadores. También se puede ver "la pierre que vire", una piedra enorme que, según la leyenda, da la vuelta cada 100 años. Después de pasar por la "línea del paralelo 45º" (misma distancia entre el Ecuador y el Polo Norte) llega a Lamastre y hace el recorrido de vuelta por Boucie-le-Roi. Este viaje ha sido suspendido temporalmente a causa de unas obras de reestructuración, pero nosotros tuvimos la suerte de hacerlo hace varios años, la primera vez que visitamos l'Ardèche.
Dentro mismo de la ciudad de Tournon, frente de la Iglesia, se encuentra el Eden Parc. Es un parque privado. Está dentro de una casa particular. Se tiene que pedir hora con antelación en la Oficina de Turismo, que está en el Hôtel de la Tourette, al lado del rio y en el centro mismo de la ciudad.

Eden Park.-


Hay que llamar a la puerta como si fuera una casa particular (és una casa particular). Después de subir las escaleras que te llevan al piso y cruzar la sala de estar te encuentras, como si fuera un milagro, dentro de un jardín tan relajante que pareced que estás en otro mundo. Este hermoso lugar era el jardín del antiguo convento de Notre Dame, dentro del mismo, se encuentra una de las 12 torres que rodeaban la ciudad de Tournon.
El actual propietario es un amante de los lugares antiguos y está rediseñando este lugar con un gusto exquisito. Cuando lo compró, estaba completamente lleno de maleza y árboles caídos. Tiene una hectárea de superficie y está adquiriendo toda la belleza que debió tener en sus comienzos. Está rodeado de murallas y pequeños puentes y, en la parte superior llamada "el Belvedere" se puede admirar una vista inigualable de Tournon y del Rhone. Salimos entusiasmados.
Ahora nos vamos a la D-534 para dirigirnos a un pueblo con mucha historia

Boucie-le-Roi.-

Este hermoso pueblo está situado en el fondo de un verde y hermoso valle, en la ribera del río Doux, entre Tournon y Lamastre.
En 1291 el rey Philippe-le-Bel (Felipe el Hermoso) formó una corte real de justicia para afirmar su poder en el Alto Vivarais. Por este motivo creo una villa real que dependía directamente de él. Así nació Boucie-le-Roi.
Este lugar estuvo profundamente marcado por Pierre Vigne, un misionero de Vivarais. Llegó aquí en el año 1712 y fundó la orden del Santo Sacramento en 1715. Pierre Vigne edificó, con la ayuda de los habitantes del pueblo, un Vía Crucis llamado "El Gran Viaje" que aún se sigue todos los Viernes Santos.
La fortaleza y el puente medieval están inscritos en el inventario suplementario de Monumentos Históricos desde el año 1927.
Salimos de Boucieu-le-Roi y cogemos la D-578 que nos va a llevar a Lamastre. Vamos a visitar otro lugar muy ligado a esta tierra: La Ferme du Châtaignier (La Granja de las Castañas).
A la entrada de Lamastre, a mano izquierda y al lado de la Gendarmería, encontramos una pequeña carretera que va a Le Crestet. Al momento de hacer el giro veremos un letrero de color verde que pone "La Ferme du Châtaigner". Vamos subiendo la montaña y, después de unos 5 km. encontramos el lugar. 

La Ferme du Châtaignier.-


Se encuentra en medio del bosque, entre castaños y olivos. Pertenece a la familia Grange desde hace varias generaciones.
Entramos en la tienda de la granja y quedamos maravillados de la cantidad de productos que pueden hacerse con las castañas. Hay harina, mermelada, crema, cerveza, licor, helados... y muchas más cosas. También esta granja produce conservas y mermeladas hechas con las verduras y los frutos de los alrededores para dar trabajo a sus empleados durante el tiempo en que los castaños están madurando.
La granja ocupa una extensión de 24 hectáreas. Los castaños son enormes, las castañas mucho más grandes de las que nosotros estamos acostumbrados a ver. Se trata de la variedad de l'Ardèche, controlada y con denominación de origen desde el año 2006.
Conscientes de la riqueza económica y cultural de la castaña, los agricultores se agruparon para que se reconociese la variedad ardechoise como "Chataigne d'Ardèche" (la Reine des Chataignes) que es la más preciada de toda Francia.
En esta región se cultivan castañas desde la Edad Media, pero fueron los romanos los que la introdujeron en grandes extensiones. En Francia existe más de 200 variedades de castaños. 65 de estas variedades son específicamente del Ardèche.
El proceso del castaño es muy complejo. Cuando la planta tiene 2 años y una altura aproximada de 1 metro, se practica un injerto para producir la variedad ardechoise. El castaño tarda de 8 a 10 años a producir fruto. Para producir castañas "a tope" tarda 25 años. Nos explica el Sr. Grange que se plantan de una generación para la otra: Los castaños que plantó su abuelo los empezó a disfrutar su padre. Los que plantó su padre son los que producen más castañas ahora. Los que está plantando él, serán para su hijo. En la granja existen castaños de más de 300 años.

Salimos de este lugar encantados, después de haber probado varias especialidades obtenidas a partir de la castaña. Este bosque de castaños es una maravilla. Es una visita obligada si visitáis l'Ardèche.

Desde Lamastre nos dirigimos, por la D-533, a Désaignes, pueblo "de carácter", sólo a unos 10 km. de donde estamos

Desaignes.-

Désaignes es un hermoso pueblo medieval, que disfrutó de su mayor esplendor la Edad Media gracias al desarrollo del comercio. Llegó a ser una de las más importantes ciudades de l'Ardèche, con más de 2.500 habitantes. Hoy en día, su población sólo llega a los 500. Este antiguo pueblo ha preservado su estilo medieval. Está rodeado de murallas y aún conserva tres puertas monumentales.

Pasear por sus calles es como remontarse a la Edad Media. No dejeis de ver la iglesia, del siglo XVII, la fortaleza, del siglo XII y l'Auberge du Lion d'Or. Encontrareis muchas casas de estilo gótico y un castillo del siglo XV.

En la misma plaza donde dejareis el coche, al lado de la Porte du Bourg de l'Homme, está la Oficina de Información y Turismo. No dudéis en entrar. Os darán una hoja con el itinerario preciso para no dejar de ver nada importante. Tomaros el tiempo necesario para sentaros en una fuente, en una plaza... Disfrutad del entorno. Creo que pasaréis un rato muy agradable.

Volvemos a la D-533 y, en St. Agrève cogemos la D-120 que nos va a llevar a St-Martin-de-Valamas. Aquí, y desde hace mucho tiempo, ha sido la cuna de diseñadores de joyería y bisutería de calidad. Todavía existen 3 talleres artesanales y los diseños que salen de sus manos van a estar, después, en las boutiques de las grandes marcas. Si os gusta el chocolate y aún tenéis un poco de tiempo para ver cosas, os llegáis hasta Cheylard. Aparte de haber más talleres de joyería y bisutería, está una chocolatería que aún hace el chocolate artesanalmente. A más a más, el pueblo es medieval y el Chateau de la Chèze es imponente.

Como podéis ver, l'Ardèche es tan extenso y tiene tantas cosas que ver que, en esta parte del "blog" , hablo sólo del Norte. Para verlo y disfrutarlo bien necesitáis una semana.
Leed: El encanto de l'Ardèche (el Sur). Quedaréis sorprendidos. Aún faltan tres días de nuestro viaje y... ¡el Sur es impresionante! Con todo mi cariño


Magda Navarro